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Alberto Gundín

"Muchos inmigrantes aún desconocen que pueden ir al médico sin pagar"

Alberto Gundín, nuevo coordinador de Metges del Món en Balears, durante la entrevista. B. Ramon

-¿Qué le parece la cifra de inmigrantes sin papeles que han regularizado su situación con el Servei de Salut?

-Muy baja. Nosotros calculábamos que había entre 25.000 y 20.000 personas en situación administrativa irregular en esta comunidad...

-El Govern ha reducido esta cifra a unos 15.000, ¿considera que se ha quedado corto?

-Según las cifras que manejamos nosotros, sí. Creeemos que hay más personas que podrían recuperar el derecho a una asistencia sanitaria universal y gratuita.

-¿A qué atribuye entonces que solo unos 2.300 hayan completado los trámites?

-Porque la información no está llegando a los titulares de este derecho. He estado en Madrid y en Barcelona y en estas dos grandes ciudades se han empapelado las calles con carteles informativos que aquí no he visto por ninguna parte.

-La Conselleria realizó una campaña informativa y colocó estos carteles en los centros de salud...

-¿Y tú crees que los inmigrantes en esta situación van a menudo a los centros de salud dónde hace poco se les negaba la asistencia sanitaria? Aquí (en la sede de Metges del Món) suele venir mucha gente que todavía desconoce que puede ir al médico sin pagar.

-¿Qué solución ofrece?

-Colocar estos carteles en las calles, en las marquesinas de los autobuses. Esta gente no solo no va a los centros de salud, sino que tampoco suele leer los periódicos. Hay que informales por dónde transitan y colocando los avisos en los medios de transporte que suelen utilizar más habitualmente.

-No obstante, esta baja cifra de "regularizados" no obedecerá solo a una incompleta campaña informativa...

-No, también persiste el miedo sembrado durante la pasada legislatura. Habrá muchas personas que todavía temerán que estos trámites esconden una posible deportación a sus países.

-¿Qué colectivo está encontrando más problemas para recuperar este derecho asistencial?

-Tienen muchos problemas los ciudadanos comunitarios procedentes de países de Este, como los rumanos.

-¿Por qué? En teoría debe existir un convenio bilateral entre ambos países que garantice la mutua asistencia de sus ciudadanos en sus respectivos territorios.

-Sí, pero deben irse de aquí con la documentación que acredite su residencia para que sus Gobiernos les expidan un documento que demuestre que allí recibían asistencia sanitaria. Es un trámite que se demora mucho y que ha hecho desistir a muchas personas. El récord lo ostenta una chica rumana que lo consiguió en nueve meses y teniendo que viajar a su país. Por el contrario, los ciudadanos británicos lo consiguen con una simple llamada telefónica en la que solo comunican a sus autoridades la fecha de expedición de su permiso de residencia.

-¿Ha tenido vuestra organización conocimiento de algún tipo de irregularidad cometida recientemente con este colectivo?

-Una trabajadora social se puso en contacto con nosotros para denunciarnos que, en Alcúdia, a dos menores de cuatro y seis años se les negó inicialmente la dosificación de una vacuna que finalmente sí se les puso, pero a sus padres se les presentó una factura para cobrársela. Y la ley deja bien claro que los menores deben recibir asistencia sí o sí.

-También trabajáis con mujeres que se dedican a la prostitución, ¿en qué situación sanitaria se encuentran?

-Parece que ha mejorado algo porque a finales del año pasado el 60% de las mujeres que atendemos carecían de tarjeta sanitaria y en estos primeros meses de 2016 este porcentaje se ha reducido hasta el 50%, diez puntos menos. Lo que pasa es que todavía no han llegado los meses de verano en que aumentan el número de estas mujeres de la mano de la llegada de los turistas.

-Acaba de incorporarse al puesto de coordinador en Balears, ¿qué le ha llamado más la atención de su nuevo destino?

-Es una anécdota personal, pero muy significativa. Nada más llegar me dirigí al Ayuntamiento para empadronarme. La funcionaria que me atendió, ante mi estupefacción, me preguntó si quería un certificado para gestionar mi tarjeta sanitaria pública o si contaba con seguro privado. Le pregunté si había mucha lista de espera en la sanidad pública y me contestó que sí. Me dio la sensación de que me estaban dando a elegir entre dos sanidades de diferentes calidades y velocidades, algo que no me ha pasado nunca en ninguna otra comunidad autónoma.

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