La identidad del nuevo conseller de Cultura, Transparencia y Participación se conocerá finalmente hoy. PSOE y Més pactaron ayer aparcar el relevo hasta esta jornada, en un intento de que el anuncio no tapara la aprobación de la renta social, uno de los proyectos estrella del nuevo Govern. A ambos partidos les disgustó sobremanera que la estruendosa dimisión de Esperança Camps el viernes 'destrozara' la aprobación de la ley que crea la Oficina Anticorrupción, otro de los compromisos electorales que pasó desapercibido.

Todos los nombres que hay sobre la mesa para sustituir a la dimitida Camps son menorquines y de Més per Menorca, por lo que se mantiene su cuota de poder. De los altos cargos que han quedado en la Conselleria, la secretaria general, Ruth Mateu, y el director general de Cultura, Jaume Gomila, son los que tienen más puntos para sustituir a Camps.

En Més gana peso la opción de resolver la crisis generada por Camps con alguien de dentro, que haya vivido al detalle el grave conflicto vivido con la consellera saliente y en consecuencia tenga el apoyo del resto del equipo. De hecho, Ruth Mateu es la persona que "ha llevado la Conselleria todo este tiempo", señalan fuentes de Més. A favor de la secretaria juegan varios factores: es mujer, y el Govern necesita seguir cumpliendo la paridad.

Cumplir la paridad

El diputado de Més per Menorca Nel Martí reconocía ayer que si solo se trata de relevar a Esperança Camps, la sustituta "debe ser una mujer" porque hay que mantener el mismo número de hombres que de mujeres en el gabinete Armengol, "estamos convencidos" de ello, aseveró.

Con todo, el Govern juega con otra baza, la posibilidad de nombrar a una mujer cuando se resuelva la situación de Joan Boned como conseller de Territorio y Energía. El ibicenco está de baja y se debe abordar con él su continuidad, por lo que la remodelación del Govern se prevé doble. En este caso es la socialista y también ibicenca Pilar Costa la preferida.

Por otro lado, Mateu reúne el perfil político que requiere la presidenta del Ejecutivo, para evitar nuevos errores como los que han conducido a la crisis con Camps.

La alto cargo en las quinielas tiene muy buena relación tanto con Més por Menorca como con Més per Mallorca, otro punto clave. Además, fue quien destapó el caso Scala -más conocido por la lata de Cola Cao con dinero de comisiones-, el entramado de corrupción en un consorcio de promoción industrial del Govern, por el que varios políticos están ahora en prisión como el exconseller del PP ibicenco José Juan Cardona.

Respecto a Jaume Gomila, su perfil es más técnico que político pero destaca por su buena conexión con el mundo cultural. En Més per Mallorca tienen buen concepto del director general, responsabilizándole de haber atajado la crisis en la Orquestra Simfònica.

Sin embargo, el gabinete de crisis sopesa también nombrar a algún cargo menorquín de fuera de la Conselleria, para dar una nueva imagen de fortalecimiento e impulso. Circulan los nombres de Eduard Riudavets, que fue miembro de la Mesa del Parlament, y de Mateu Martínez, exconseller de Cultura del Consell de Menorca. El actual, Miquel Àngel Maria, también ha sido barajado estos días en las reuniones entre Armengol, Biel Barceló y Nel Martí, los líderes de Més per Mallorca y Més per Menorca.

"Nuestra obsesión es que antes del Consell de Govern del viernes ya esté nombrado" el sustituto, explicó ayer Martí. "Lo importante es que [sea quien sea el elegido] pueda liderar de verdad la Conselleria, conozca la Administración y los ejes trascendentales de Transparencia", recalcó el diputado autonómico.

"Complicidad" entre PSOE y Més

Esta mañana se reunirán en el Consolat por tercer día consecutivo Armengol, Barceló y Martí, para cerrar definitivamente el nombre. Martí aseguró que para la designación hay "complicidad" entre Més y la presidenta, y negó que existan "fricciones ni malos humores" entre los nacionalistas y el PSOE, o que haya habido reproches, y explicó que solo había habido autocrítica conjunta.

También reconoció que a su partido le hubiera gustado "que las cosas se hubieran resuelto de otra manera", en definitiva "otro final", en alusión a la dura despedida de Esperança Camps el pasado viernes, que tachó de "histórica".

Martí explicó que la repentina y sorprendente desaparición de la entonces todavía consellera de la rueda de prensa que debía dar a mediodía "precipitó" su salida del Govern, que no se contemplaba esa jornada. "En ese momento vimos que ya no podíamos hacer nada, nos habría gustado poder gestionar el tiempo de una manera más pausada", declaró.

Sobre las acusaciones de traición vertidas por Camps sobre Més per Menorca, y de haberle vetado su propuesta para cambiar a directores generales díscolos, Martí desmintió ese impedimento y señaló que "lo único que queríamos era que [los cambios] fueran lo más consensuados posible".