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Economía

Balears, con Palma como foco de atracción, lidera la subida de precios de la vivienda

La compra es cada vez más difícil: en Mallorca los trabajadores precisan catorce años de sueldo para pagar su piso, frente a los seis años del resto del país - Los inversores extranjeros mueven el mercado

Carteles en inglés para vender pisos en el centro de Palma. A. M.

El ladrillo vuelve a entrar en fase de calentamiento. Sobre todo en Balears, comunidad que es, junto a Cataluña y Madrid, la que mayor subida de precios acumuló tanto en el año 2015 como en el tramo inicial de 2016. Según revela el último informe inmobiliario de la sociedad de tasación Tinsa, la vivienda se encareció de media en las islas un 3,8% en el primer trimestre del año. La tasa casi triplica el ritmo de subida español, un 1,4% de avance que es en sí una noticia relevante: por primera vez desde el estallido de la burbuja hipotecaria en septiembre de 2008, el valor de los inmuebles sube en más comunidades de las que baja.

En 2012, Balears se convirtió en el primer territorio capaz de romper la espiral de devaluación del ladrillo para empezar a subir los precios de sus inmuebles. Ese dinamismo, que ahora se acentúa, tiene su explicación en la confluencia de dos fenómenos, de los que hablan tanto los promotores como los agentes que operan en Mallorca. De un lado, la bolsa de vivienda que no se vende es muy pequeña y en ella hay apenas ya 2.000 pisos nuevos. Es decir, hay poca oferta de vivienda, con lo que la que sale a la venta es cara. A esto se suma un segundo factor: el auge del alquiler a turistas en zonas residenciales está acelerando las subidas de precios, sobre todo en zonas cercanas al mar y en el centro y barrios de moda de Palma.

La combinación de oferta escasa y presión turística creciente hace de Palma uno de los grandes polos nacionales de atracción de inversores internacionales en el sector inmobiliario. También apuntan a ello los datos de Tinsa, que destacan cuatro zonas urbanas en los que los precios se están calentando a mayor velocidad: Madrid y Barcelona (con sus áreas metropolitanas también al alza), y dos grandes capitales turísticas, Palma y Málaga. En el caso de Ciutat, la subida ya en el primer trimestre es del 4,2%, a la espera de que el ritmo de ventas se acelere con la llegada de la temporada y sus clientes.

Vivienda inasequible

La evolución del mercado inmobiliario balear tiene un efecto asociado cada vez más preocupante: crece la dificultad de los ciudadanos para acceder a la vivienda. Lo llevan años advirtiendo desde la Asociación de Promotores de Balears, en la que recuerdan que hoy en el mercado solo quedan sin vender "las viviendas que nadie quiere, ni querrá". De hecho, la subida de precios se produce pese a que todavía quedan 2.000 inmuebles del stock que dejó la crisis, una bolsa en la que llegó a haber más de 15.000 viviendas. A ese remanente se suma los menos de 500 pisos y casas nuevas que están previstos para este año, una oferta tan reducida que los promotores avisaron la pasada semana durante su asamblea general que la vivienda está condenada en las islas a ser un bien escaso y de precios muy altos.

Aunque eso ya lo es. Basta analizar al detalle el último informe de Tinsa, que describe Balears como la comunidad en la que la compra de piso exige más esfuerzo a los asalariados. Dos datos lo expresan a la perfección: mientras en España hacen falta seis años completos de sueldo medio para adquirir una vivienda, los trabajadores de las islas necesitan más del doble, catorce años, para pagar un techo en propiedad. La dificultad de acceso a la vivienda es una de las mayores de los países desarrollados, según reflejaba el último informe de calidad de vida de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo de los Países, la OCDE, una especie de club del que solo forman parte los países más ricos del mundo. La situación es tal que en Balears el esfuerzo preciso para comprar dobla incluso hoy el que hacía falta España para conseguir una vivienda en los años del boom de la vivienda. En ninguna comunidad se acercan siquiera a las dificultades para comprar casa de los baleares: esos 14 años de sueldo íntegro preciso para pagar un piso en las islas son apenas 5,3 años en Madrid o 6,2 en Barcelona.

Producto de lujo

Con lo que la vivienda se transforma poco a poco en un producto de lujo. También los datos de Tinsa apuntan a ello. Por ejemplo, la vivienda más habitual en el mercado es la de valor superior a 400.000 euros. Los pisos de rango más caro son el 20% del total de la oferta, frente a apenas el 5% de media nacional o el 8 y 9% de Barcelona y Madrid. Los precios elevados condicionan además la forma de pago: los compradores de Balears solo financian el 32% de la vivienda, frente al 64% de media española. ¿Por qué? Lo explican los agentes inmobiliarios: el comprador habitual hoy en las islas es un inversor extranjero, muchos de ellos personas con ahorros de toda la vida o europeos que se retiran en Mallorca tras vender sus propiedades en sus países de origen. A ellos se suman en la puja por la isla grandes fondos de inversión, que están haciendo presa de locales comerciales en las zonas nobles de Palma, mientras aumentan su cartera de propiedades en zonas turísticas de la isla.

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