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Turismo

"Esta temporada vamos a tener problemas para colocar a todos los turistas"

Los hoteleros no solo llenarán en julio y agosto: junio y septiembre se están vendiendo mejor que nunca - El sector confiesa que habrá dificultades para gestionar overbookings - Los touroperadores apenas discuten los precios, tras hundirse la demanda de plazas que tenían compradas en Turquía

Aglomeración de turistas el verano pasado. Este año, ya en marzo, se han visto autobuses abarrotados de turistas en las líneas que conectan con Platja de Palma. Guillem Bosch

La carrera por conseguir un hueco en el verano de Mallorca ha alcanzado ritmo de estampida. Se entiende fácil con un par de cifras: la isla dispone de 288.578 plazas legales para alojar a turistas, a las que se suman alrededor de 120.000 plazas en alquileres alegales, una oferta total de unas 400.000 camas con la que la isla hará frente este verano a los hasta 26,4 millones de pasajeros que pasarán por el aeropuerto antes de que acabe octubre. Hagan la cuenta si quieren, pero contengan el escalofrío: el ratio de turistas por plaza alcanza el nivel de pleno de ocupación. O de hacinamiento, como quieran. El caso es que en esas circunstancias se entienden los codazos en la carrera por lograr plazas para alojar viajeros en la isla. "Los touroperadores ya no preguntan ni cuál va a ser el precio: solo quieren saber cuántas plazas quedan disponibles. No están luchando por el precio: tienen miedo de perder la plaza por uno o dos euros de discusión. Va a ser un año que vamos a tener problemas para colocar a todo el mundo. Ya hay fechas en junio, que normalmente no se vendía tan rápido y ahora está todo copado", sintetiza Antoni Mayol, el presidente de los hoteleros de Peguera.

No es el único que describe en términos dramáticos la pelea por las plazas en esta Mallorca condenada al abarrote inherente al éxito turístico. "Está habiendo tortas, sobre todo entre los grandes, que tienen mucho dinero pillado en destinos como Turquía, donde no quiere ir nadie. Este verano habrá problemas para colocar a todos los que han reservado Mallorca", relata otro directivo, este de una de las principales agencias de turismo receptivo de Mallorca, colaboradora habitual de los grandes touroperadores alemanes, británicos, rusos y nórdicos. "El problema que tienen es que tuvieron que dejar grandes cantidades en garantía por plazas que ahora no venden en Turquía, ni con ofertas brutales. Así que están corriendo para minimizar pérdidas colocando a los clientes en otros destinos como Mallorca", abunda el directivo, que se refiere concretamente a los 250 millones de euros que se calcula que han dejado Thomas Cook y TUI en garantía por unas plazas en hoteles turcos que ahora no venden ni con descuentos brutales.

Turquía, "ni regalada"

Los atentados en el país han truncado el avance fulgurante de los destinos turcos, los que más han crecido en el Mediterráneo en lo que va de siglo. "Ahora la gente no va allí ni aunque se lo regale, sobre todo las familias", certifica un directivo de la propia TUI, que recalca un factor clave: hay muchos destinos de sol y playa, pero pocos que colmen todas las necesidades de comodidad y seguridad de quien hace turismo en familia. Mallorca es uno de ellos. También Canarias.

Por eso el éxito y la condena a abarrote veraniego, con la saturación de los recursos y los servicios públicos como única amenaza para una temporada en la que el problema no es ya traer turistas a la isla, es conseguir que todos entren. "En agosto está todo lleno", certifica por ejemplo el presidente de los hoteleros de Palmanova-Magaluf, Sebastiá Darder, que apunta a que el reto ahora en su zona es doble. A corto plazo: mejorar los datos de julio, el único mes de toda la temporada que a estas alturas (con meses de ventas por delante) se prevé ligeramente más flojo. Y a medio y largo plazo: conseguir que los turistas que lleguen ahora de prestado a destinos como Magaluf decidan que han encontrado un lugar al que volver regularmente. "Se puede conseguir fidelizar a clientes como los británicos o los alemanes, aunque no tanto a otros como los franceses y los nórdicos, que son más cambiantes. Si lo logramos, y una parte importante de los que han perdido los destinos, encuentran calidad, orden en la calle y servicios públicos, tendremos un gran futuro", vaticina Darder.

Aunque la cosa va a estar difícil. Los hoteleros ya saben que su papel este verano es gestionar los overbookings, aquello de vender habitaciones de más. "Las vamos a pasar canutas, es cierto, pero que todos los problemas sean que sobran clientes", cuenta un director de hotel de Cala Major, que es consciente de que le va a tocar aguantar el mosqueo de muchos viajeros. Y no es el único preocupado: en el lado público también sudan frío. Mientras el Govern tiembla por la falta de capacidad de saneamiento de aguas como consecuencia de obras atrasadas durante años en las depuradoras, y se teme lo peor por problemas de abastecimiento de agua derivados de la falta de canalizaciones e instalaciones desalinizadoras, los ayuntamientos hacen planes para gestionar tensiones en el tráfico, la limpieza urbana y la seguridad. Lo tendrán difícil con la mayor presión humana de la historia de unas islas que se han quedado sin sitio.

Más aviones, "y más llenos"

"Es que Mallorca es un destino muy popular, más que nunca", confirma Elena Buzukova, jefa de ventas para Riu en Moscú, que explica que este año al éxito alemán y británico se sumarán los rusos. "Los aviones desde Rusia vendrán más llenos, y no hay más vuelos aún porque a los touroperadores les cuesta encontrar plazas en la isla", augura Buzukova.

Y con la demanda en máximos y la oferta de plazas cerrada para temporada alta, las ventas de últimos minuto a precios récord van a acabar de llenar la caja. "El 'last minute' va a ser clave en algunos mercados", reflexiona Elena Buzukova. Aunque se refiere a conseguir aún más rentabilidad, porque el llenazo histórico se da por hecho: esta misma semana salían unas previsiones de tráfico aéreo para Mallorca sin precedentes, con hasta 26 millones de pasajeros en el aeropuerto, 4,3 millones más que el año pasado, que fue récord, y crecimientos del 17% y el 21% en las conexiones con Reino Unido y Alemania. Por funcionar funciona incluso el ruso, tocado por la crisis económica del país, pero catapultado a España y Mallorca por los atentados en sus lugares de veraneo turcos y egipcios. "La demanda rusa también es enorme, aunque dependerá un poco más de cómo evolucionen los tipos de cambio del rublo en estos meses", añade Elena Buzukova.

En la divisa se va a jugar el récord de rentabilidad de algunos destinos, asumen por ejemplo en Magaluf. Aunque allí hablan de libras. Cualquier fluctuación al alza de libra o rublo será una gran noticia para Mallorca, que, asegurado el lleno, piensa solo en engordar los euros. Tanto es así que en la feria de Berlín en marzo eran muchos los hoteleros que se preguntaban si no se habían precipitado vendiendo con descuento en un año como este. "Igual está todo demasiado vendido", decía por ejemplo Antoni Horrach, de Hm Hotels, que como otros explicaba que se ha llegado a un punto en el que las ofertas han perdido protagonismo.

Nada de ofertas

El exceso de demanda es tal que hoy se habla de "bloqueo de ventas", no de las ofertas de otros años para colocar plazas menos atractivas, explicaba hace unos días Joan Sureda, director general de Viajes Adramar, consciente de que este verano la palabra es "overbooking". Y no solo en los hoteles: la programación de las aerolíneas implica que el aeropuerto de Son Sant Joan verá pasar este verano casi 25.000 aviones más, una barbaridad tan grande que en la torre y el centro de control aéreo de Palma advierten de que habrá serias dificultades.

El aeropuerto sintetiza la situación que afronta Mallorca, que se ve en la tesitura de triunfar o morir de éxito: llegarán más pasajeros y turistas que nunca, pero falta por ver si se les puede dar el servicio de calidad preciso para que vuelvan. Y no solo eso: la isla descubrirá este verano si es un lugar habitable para sus residentes, que afrontarán picos de presión humana nunca vistos. Y no solo este año: con el verano 2016 vendido, tanto los touroperadores como los hoteleros apuntan que las ventas para el año siguiente serán al menos igual de buenas que este ejercicio en el que Mallorca no sabe ni qué hacer con tal cantidad de turistas.

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