La salida cantada de Esperança Camps del Govern provocó ayer no solo el terremoto habitual en estos casos para los partidos en el poder. Otras dos fatalidades dificultarán la estrategia del Pacto para volver a la normalidad cuanto antes, su objetivo primordial.

Por un lado, la dimitida a la fuerza se fue dando un portazo de aúpa, que va a resonar durante días y dará alas a la maltrecha oposición del PP: "Es durísimo ver cómo determinadas personas de tu equipo actúan de una manera irresponsable y ligera sin ser del todo conscientes de lo que significa gobernar. Sin tener nada claro de lo que representa servir a la ciudadanía. Sin pensar qué esperan de nosotros las personas que han votado las opciones políticas que defienden los partidos que nos han situado donde estamos. Sin asumir que cuando se entra a formar parte de un gobierno, el militante que ostenta un cargo debe dejar de utilizar el partido para pasar a servir a la ciudadanía. Para mí eso es fundamental", desnudó públicamente las interioridades del Ejecutivo de PSOE y Més Esperança Camps en su último acto. "El mayor ejercicio de transparencia que [Camps] ha hecho en nueve meses ha sido esta rueda de prensa. Ahora sabemos como funciona todo", lanzó el tuit de la popular Marga Prohens, todo un aviso de la ofensiva que ahora le espera a Armengol.

Horas más tarde, Més per Menorca se apresuraba a divulgar su declaración de intenciones: la cartera ahora vacante sigue siendo suya y solo suya. El partido que propuso a Camps rechaza sus críticas por falta de apoyo y asegura que se ha afanado "desde el primer día" para que "la Conselleria asignada a nuestra coalición" tuviera los medios necesarios.

En su comunicado los nacionalistas menorquines hacían también un anuncio que formalmente le correspondería al Govern: "Ante la dimisión repentina de Camps, la gestión y dirección en el día a día irá a cargo de los jefes de la Conselleria y de los respectivos directores generales". A su vez, dejaban claro que esta interinidad se mantendrá "hasta que Més per Menorca nombre a la persona que ha de sustituir a la consellera dimitida". A los pocos minutos, remitían una segunda nota de prensa para advertir de "una corrección: Evidentemente, es la presidenta del Govern, Francina Armengol, quien nombra a la persona que sustituya a Esperança Camps al frente de la Conselleria. Así pues, para ser riguroso el comunicado debería terminar diciendo: ´hasta que Més por Menorca encuentre a la persona adecuada para liderar la Conselleria´". Más munición al PP, imposible.

Por cierto, el relevo no está decidido aún, porque no se esperaba la marcha tan sonada de Camps. El conseller insular de Cultura de Menorca, Miquel Àngel Maria, podría tener opciones, aunque su elección desbarataría la necesaria paridad.

En medio de tanto ajetreo, David Abril replicó a Camps en Twitter, aludiendo a la faceta de escritora de la que presume la exconsellera. "Morir novelando", resumió su despedida con pataleta el diputado de Més per Mallorca.