"Los presos también se merecen un mordisco dulce entre tantos agrios que les toca comer", subrayó el director de la Pastoral Penitenciaria y párroco de la prisión, Jaume Alemany. Esta actividad, según el párroco, se lleva a cabo para que los presos se den cuenta de que son importantes para mucha gente de la calle. Para muchos, son más que delincuentes, son personas.

Todas las parroquias de Mallorca están invitadas a colaborar en esta actividad, aunque no todas se implican en la cuestión. Según Alemany, una treintena de parroquias participan y, cada vez más, se suman particulares. "Hace dos años recogimos el máximo número de crespells desde que empezamos con esta actividad. Llegamos a contar 12.000 crespells", afirmó el director de la Pastoral Penitenciaria.

La parroquia Corpus Christi, que colabora cada año, se encarga de la recogida de crespells. Según Alemany en otras parroquias de la isla se recogen durante los dos días previos y el sábado los concentran todos en la parroquia de Corpus Christi. "Hablamos de crespells porque otros manjares típicos de Pascua se rompen con más facilidad", añadió el párroco.

Una vez recolectados, se cuentan y se agrupan por pequeños, muy pequeños, grandes y muy grandes, con el fin de hacer 1.400 bolsitas de unos cuatro o cinco crespells cada una, según Alemany. "A los 1.000 crespells siempre solemos llegar", añadió.

Esta actividad es una excusa para solidarizarse con los presos. "Los crespells en sí no tienen demasiada importancia", afirmó el director de la Pastoral Penitenciaria. Alemany también sostuvo que es muy significativo para ellos. "El domingo de Pascua, después de la celebración de la misa de resurrección, llevamos una bolsita a cada preso de los distintos módulos. La suelen recibir con una sonrisa", explicó.

Una de las penas que conlleva la privación de libertad es la sensación de vivir al margen de la sociedad. "Con esta actividad queremos dejarles ver a los presos que gran parte de la sociedad se preocupa por ellos", explicó Alemany durante la recogida de crespells para este colectivo.

Esta campaña no solo va dedicada a los presos, sino también a la sociedad, según el párroco. "A veces nos pensamos que enviando una persona a prisión ya están resueltos los problemas y esto no es así", añadió. Alemany explicó que, con demasiada facilidad, se hace un paralelismo entre delincuente y malo cuando no debería ser así porque las personas tienen una historia y muchas veces no es tan fácil. "No es cuestión de buenos y malos. Hay personas que se han equivocado como todos nos podemos equivocar", añadió.

Todas las actividades que organiza la Pastoral Penitenciaria tienen un fin positivo. "Buscamos ayudar y sorprender. Pero también nos sorprenden", afirmó Alemany. El párroco explicó que, en muchas ocasiones, han encontrado notas dentro de los paquetes. La última ponía "para mi tío Paco del módulo X", a quien hizo llegar la nota.