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Remodelación

El Govern prepara el relevo de Camps

Més ya busca sustituto para la consellera de Transparencia y Cultura por su "falta de proyecto" y "no haber sabido hacer equipo" - Se sopesa una salida coincidente con la del titular socialista de Territorio, éste por razones de salud

La continuidad de Esperança Camps, consellera de Participación, Transparencia y Cultura, pende de un hilo.

El Govern del Pacto se prepara para su primera remodelación de gabinete. El partido de Esperança Camps admite “movimientos” para relevarla, ante el aislamiento que vive en su propio departamento con el resto de altos cargos. La consellera de Participación, Transparencia y Cultura ha perdido sus principales apoyos dentro de Més per Menorca. Reconducir su delicada situación se ve muy difícil.

La estrategia que gana fuerza pasa en estos momentos por hacer coincidir la salida de Camps con la del socialista Joan Boned. En el caso del titular de Territorio, Energía y Movilidad su sustitución se debería a los problemas de salud que padece, y que han obligado a delegar temporalmente sus competencias entre otros cuatro consellers. El PSOE está muy pendiente de cómo evoluciona Boned -un político apreciado en la formación-, pero empieza a asumir que el ibicenco forzosamente necesitará dejar la primera línea.

Una crisis de gobierno antes del primer año de andadura no entraba en los planes de Francina Armengol, pero las circunstancias sobrevenidas obligan ahora a actuar a la presidenta. El guión va escribiéndose improvisadamente, pero se descarta cualquier cese antes de Pascua; de hecho las fuentes más inquietas con estos acontecimientos insisten en que “aún no es inminente” y emplazan a las próximas semanas.

La jefa de gabinete, primera baja

Desde principios de año la fuerte tensión interna en la Conselleria de Camps se intenta aplacar con minicambios en su equipo más directo. Así, está a punto de ser destituida su jefa de gabinete, Àngels Álvarez, tras concluirse que no es el perfil idóneo. Con premura se busca ahora uno “mucho más político”, que haga de puente entre la todavía consellera y sus directores generales, con los que prácticamente no se habla.

Uno de los dos asesores de prensa de Camps también está en el punto de mira. Inicialmente estos relevos se antojaban como suficientes para superar el peliagudo trance por el que pasa la menorquina. Sin embargo, al haber aflorado el ingente conflicto que tiene paralizada literalmente Transparencia y Cultura -este diario ya lo adelantó el pasado día 10- la permanencia de Esperança Camps en el Ejecutivo “se ha complicado demasiado” y pende de un hilo.

El Consolat no quiere precipitarse, pero la enfermedad de Boned le resta margen de control y acentúa aún más la debilidad de Camps. Se impone pues una salida conjunta de los dos para minimizar el coste político. Aun sin tener fecha de salida, la consellera está ya sentenciada y Armengol no podría permitirse una segunda remodelación a corto plazo.

A todo ello se añade la incógnita sobre el papel que podría jugar Podemos, en función de si se alcanzan pactos en Madrid. Si un dúo de consellers debe abandonar ¿puede el partido morado seguir estando fuera del Govern?

Tres son los “graves fallos” de Camps, que han terminado por indicarle la puerta. Por un lado, la “falta de proyecto” principalmente en tres de sus áreas: Política lingüística, Cultura, y Transparencia y Participación. Desde Més reconocen sin ambages que en estos ámbitos se adolece de una hoja de ruta definida y clara. “Esperança lamentablemente no ha sabido marcar una línea política de lo que se quiere hacer, y adónde se quiere llegar”. Esto ha provocado el malestar entre los sectores más afines al partido nacionalista, claves para su éxito electoral el 24-M, y que así se lo han hecho llegar al aparato.

Con el desalojo de José Ramón Bauzá del poder y nueve meses del nuevo Govern, no se nota un rumbo nuevo en la promoción y defensa del catalán, tampoco hay “ningún impulso ni nada destacado” en el campo cultural. En cuanto a la flamante dirección general de Transparencia, si bien se denuncia una auténtica precariedad de medios humanos y materiales por los recortes en Función Pública, se atribuye a la falta de empuje de Camps un mínimo de iniciativas que den sentido a la existencia de este nuevo departamento.

Los otros desencadenantes de la crisis radican en los problemas de adaptación de Camps. Por un lado, es “una mujer que lleva 40 años viviendo en Valencia, desconectada de la realidad balear”. Por otro, “no ha hecho equipo con los suyos, tampoco ha sabido forjarse relaciones de confianza”, explican desde el Pacto. Al final la consellera ha terminado por “encerrarse en un búnker” con sus escasos afines.

De los dos bloques que actualmente hay en la Conselleria, totalmente enfrentados, en uno solo militan Camps y los dos miembros de su gabinete antes citados y a punto de caer. En el otro bando se colocan los demás altos cargos.

“Todos son muy buenos, [Enric] Gonyalons en Deportes; [Miquel] Gallardo en Transparencia; Josep Ramon Cerdà en el Institut d’Estudis Baleàrics; Joan Ferrà en Juventud... Con eso quiero decir que no es un problema de que los ‘segundos’ sean flojos, sino que es de la que está delante”, asevera un político al tanto de las maniobras.

En una primera fase de la marejada, la consellera trató de achacar el fuego al sempiterno tira y afloja entre Més per Mallorca y Més per Menorca. El incendio dentro de la Conselleria cogió tanta fuerza que hace aproximadamente mes y medio se llegó al extremo de que todos los directores generales tuvieron que viajar a Maó para describirlo en primera persona ante los protectores de Camps: la presidenta del Consell de Menorca, Maite Salord, y el diputado autonómico Nel Martí. Ambos han abierto ahora los ojos y en plena Semana Santa andan digeriendo que esta vez no es cosa del mallorquinismo centralista. A raíz de esta puesta en común del problema, los menorquines han reaccionado y hay una “fina operación con bisturí” en marcha.

Salord, escritora como Camps y de ahí amigas, sería la preferida por Més para sustituirla, pero no cede la presidencia del Consell al PSOE hasta dentro de dos años; la salida de la consellera no puede demorarse tanto tiempo. El director general de Cultura, el también menorquín Jaume Gomila, tiene muchos números, pero no es el único.

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