Francesc Xavier Agulló, un antiguo empleado del grupo Nóos, afirmó ayer ante la Audiencia de Palma que Diego Torres creó varias asociaciones, entre ellas el Instituto Nóos, para contratar de manera ventajosa con administraciones y recibir subvenciones de las mismas. Agulló alabó el perfil de Torres como profesor universitario del Esade e investigador, pero añadió que el exnúmero dos de Nóos usó a Iñaki Urdangarin como "marca" para ganar dinero.

"Iñaki Urdangarin le aportaba a Diego Torres ese plus de marca que le habían aportado antes el Esade o la UOC (Universitat Oberta de Catalunya) ", se explayó el testigo, que declaró por vídeoconferencia.

"Hubiera podido ser el mejor del mundo, académicamente hablando, en lo que hubiera querido, si se hubiera estado quieto. Cada dos por tres intentaba montar un marco nuevo e igual eso, siendo un gran académico, le hizo un pésimo empresario", comentó el declarante respecto a su antiguo jefe en Nóos Torres, al que conoció a finales de los 90.

"DiegoTorres siempre fue cambiando al son de las modas, de lo que podía dar más dinero o prestigio", desde los estudios de mercado para pymes, a internet o, finalmente, al patrocinio, ámbito en el que se asoció con Urdangarin, apostilló.

Agulló reveló a la sección primera de la Audiencia que a finales de los 90 era un truco habitual entre las consultoras crear asociaciones sin ánimo de lucro para acceder directamente a contratos con administraciones públicas.

"Hecha la ley hecha la trampa", resumió el testigo.

El testigo relató cómo se vinculó, trabajando para Diego Torres, con dos asociaciones, una de las cuales obtuvo un proyecto de la Generalitat de Catalunya.

"La otra entidad se llamó Asociación Instituto para la investigación Aplicada, de la que fui secretario a petición de Diego Torres pero nunca ejercí como tal y que luego pasó a ser el Instituto Nóos", recordó el consultor.

Si Miguel Tejeiro, exasesor tributario y legal de Nóos, definió a su cuñado Diego Torres como un "controlador compulsivo", el antiguo trabajador se quejó de que su jefe ejercía "un dirección muy personalista" y que "dejaba poco margen de autonomía a sus subordinados". "Me ahogaba bajo su dirección", se sinceró Agulló.

Respecto al funcionamiento de Nóos, el testigo manifestó que había un comité técnico y otro científico. "El técnico éramos todos los consultores, los trabajadores: los indios", señaló plásticamente; mientras que en el comité científico "aparecían profesores de Esade y otra gente, entre ellos profesores del IESE, que nos asesoraban en muchos trabajos a los trabajadores, a los indios".

Agulló, al igual que otros antiguos trabajadores que depusieron ayer, señaló al tribunal que no diferenciaba Nóos Consultoría Estratégica del Instituto Nóos. A preguntas del fiscal, el testigo indicó que la infanta Cristina era la mujer del jefe Iñaki Urdangarin, pero que él nunca la vio implicada en los proyectos desarrollados por Nóos.

Manzana podrida

El declarante narró a la sala cómo se apartó laboralmente de Nóos. "Fui despedido", afirmó. Según Agulló, tuvo una reunión con sus jefes Iñaki Urdangarin y Diego Torres, donde éste le llamó "manzana podrida", "sindicalista" y "revolucionario" y después le despidió. Sin embargo, Agulló continuó varios meses más trabajando para Nóos como consultor externo.

El testigo participó como relator en el primer Valencia Summit del año 2004 y su impresión de aquel evento fue inmejorable.

"El Valencia Summit fue académicamente y científicamente perfecto", exclamó.