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La fiesta en paz

Ecotasa: cualquier tiempo pasado fue peor

Biel Barceló ya tiene su impuesto de alojamientos. manu mielniezuk

Si siente la tentación de felicitar a los impulsores del nuevo impuesto sobre estancias turísticas, vulgo ecotasa, absténgase. Si quiere dar el pésame a quienes despotrican de él, no es necesario que contrate a un gran coro de plañideras. Los primeros, los que han hecho bandera del impuesto, solo están medio satisfechos. Los segundos, los que abominan de él, lo hacen porque les corresponde representar un papel, pero ninguno se ha echado al monte con armas y bagaje como hicieron trece años atrás.

El miércoles de aprobó el dictamen en comisión, el martes será el pleno quien lo avale y, salvo sorpresa de última hora, comenzará a cobrarse el 1 de julio. Será el tercer impuesto de estas características que se intenta imponer en las islas. Hoy ya casi nadie recuerda que la Diputación barajó en 1956, en el marco de la llamada Carta Económica, cobrar una cantidad por cada noche de estancia en un alojamiento. La propuesta no llegó a cuajar. La segunda ocasión llegó con el primer Pacto de Progreso y, tras una larga batalla política y jurídica, entró en vigor el 1 de julio de 2002. Un año después, con Matas reinstalado en el Consolat de la Mar, fue derogado en una de las primeras decisiones de la legislatura de la ignominia.

¿Qué ha cambiado en estos 14 años? Lo primero es que la llamada ecotasa ha dejado de ser una novedad. Balears ha perdido la categoría de pionera y es un vagón más en un tren que ya circula por media Europa. ¿Cómo va Escarrer a provocar un conflicto virulento en casa por algo que acepta a desgana pero sumisamente en, por ejemplo, Berlín? Por eso los grandes empresarios turísticos han dejado de involucrarse directamente en la disputa, al contrario de lo que hicieron a principios del siglo XXI, y han cedido el papel de opositora a la presidenta de los hoteleros. Al fin y al cabo, Inma Benito no tiene ningún hotel que gestionar.

La segunda razón es jurídica. Durante el primer Pacto de Progreso se emplearon armas políticas, que al final fueron las que dieron la victoria a quienes rechazaban el impuesto. Pero también se puso sobre la mesa toda la artillería jurídica. Se recurrieron la ley y cada una de las liquidaciones del impuesto. Los hoteleros y el PP alcanzaron la victoria final en el Parlament y en el Govern, sin embargo perdieron la batalla de los tribunales. El Constitucional avaló la legalidad de la norma y negó que se produjera una doble tributación sobre un mismo concepto, el argumento clave de los recursos presentados.

La polémica ha perdido intensidad y las declaraciones se han centrado más en las disidencias entre las formaciones de la izquierda que en el fondo del impuesto. Un repaso a lo dicho por los líderes políticos es la prueba de que esta ecotasa ya no genera el rechazo de la anterior. El hecho de que la critiquen la Federación Hotelera -"es preocupante"- y el GOB -"es decepcionante"- demuestra que ha alcanzado una cierta centralidad. Que Jaume Font, que como conseller de Medio Ambiente liquidó la anterior, pida que esté lo más consensuada posible para que "perdure en el tiempo", prueba que todos hemos cambiado. Que el PP la califique de "bodrio jurídico" al mismo tiempo que descarta llevarla a los tribunales, demuestra que cuando vuelva al poder podría convivir con ella. Ciudadanos se ha limitado a hablar de la "pequeña comedia" de la izquierda

Una izquierda que lucha por apuntarse el tanto de la reedición del impuesto. Podemos vende que es "verde, participativo y territorializado", y obvia que una parte se dedica a políticas de empleo para no entrar en contradicción con su veto a que se destine a proyectos sociosanitarios. Més dice que está "muy consensuado" para no decir muy tragado ante las exigencias podemistas. El PSOE respira aliviado porque considera que la oposición al tributo es "de baja intensidad".

No es probable que cualquier tiempo pasado haya sido mejor. Sin embargo, parece bastante cierto que, con respecto a la ecotasa, el tiempo presente es sustancialmente distinto al de la anterior.

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