Alberto Aza, exjefe de la Casa del Rey con Juan Carlos I entre 2002 y 2011, explicó ayer a la Audiencia de Palma que aconsejó entre 2004 y 2006 a Iñaki Urdangarin "que abandonara todas las actividades mercantiles (incluido el Instituto Nóos) para no dañar la imagen de la Corona y dar que pensar que estaba recibiendo un trato de favor". Aza, que declaró por vídeoconferencia, también desvinculó a la Casa del Rey de la tutela de Nóos y afirmó que Carlos García Revenga, secretario de las Infantas en esa época, asesoró a Urdangarin a título particular.

Aza relató que, hacia 2004, José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao y asesor jurídico externo del rey Juan Carlos desde 1993, le transmitió su preocupación por los negocios que Urdangarin estaba realizando. "Eso coincidió con preguntas parlamentarias del Partido Socialista de Valencia y Balears sobre el excesivo coste de unos foros organizados por Iñaki Urdangarin en Palma y Valencia, y me causó preocupación", aseveró el testigo.

El exjefe de la Casa del Rey señaló, a preguntas de Virginia López Negrete (abogada de Manos Limpias), que no informó de su temores a don Juan Carlos.

Romero había hecho por su cuenta pesquisas sobre las actividades del duque de Palma y aconsejó al jefe de la Casa del Rey que lo mejor era que el marido de la infanta Cristina se apartara de las actividades mercantiles. Aza llegó a la conclusión de que era la solución más adecuada y comisionó al abogado para que diera forma legal a esa salida.

"El acuerdo con Romero era que Urdangarin se desvinculase de todas las actividades mercantiles, aunque éstas fueran legítimas. No era bueno para la Corona que desarrollara actividades mercantiles. Luego Romero lo interpretó y le dio forma como buen profesional que era; yo ya me desvinculé de la situación", dijo Aza.

No vieron nada irregular

Según el declarante, entonces no se pensó que Nóos y Urdangarin estuviesen cometiendo irregularidades, pero sí que se estimó que eran "actividades inapropiadas".

Los principales acusados -Iñaki Urdangarin, Diego Torres y la Infanta- han sostenido en su descargo que la Casa Real supervisaba, tutelaba y hasta disponía de veto sobre todas las actividades de Nóos. En apoyo de esa tesis Diego Torres ha aportado al sumario correos, cartas y fotografías donde se refleja que Carlos García Revenga, exsecretario de las infantas Elena y Cristina, recibía amplia información y colaboraba con Nóos, y otros mensajes de Urdangarin sobre sus actividades dirigidos a la Familia Real.

"García Revenga no era asesor de la Casa del Rey era vocal asesor. Estos temas de asesorar a las empresas de Urdangarin no formaban parte de sus competencias como funcionario o vocal asesor.

Eran actividades privadas del señor Revenga que asesora a Urdangarin o al Instituto Nóos en una actividad privada. El señor Revenga no desarrollaba actividades oficiales, los temas privados del señor Urdangarin no eran competencia oficial de la Casa del Rey", zanjó el testigo, pese a los intentos del abogado de Torres, Manuel González Peeters, de sostener que desde Zarzuela se fiscalizaba a Nóos. Aza estuvo muy hábil para sortear preguntas de Peeters sobre correos de Urdangarin para la Familia: "no sé si esas direcciones pertenecen al rey Juan Carlos o a la reina Sofía".