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El juicio del caso Nóos

La errática defensa de Urdangarin

Mario Pascual, abogado del exduque de Palma, no está siendo muy acertado en sus preguntas a acusados y testigos para demostrar que su cliente es inocente de los graves delitos que se le imputan

Iñaki Urdangarin, durante su declaración en el juicio de Nóos. B.Ramon

Descartada, de momento, la posibilidad de firmar un pacto de conformidad con la fiscalía anticorrupción en el caso Nóos, Iñaki Urdangarin, el principal acusado, está desarrollando una defensa errática, pese a que se juega una condena próxima a los 20 años de cárcel. Mario Pascual, el abogado del cuñado del rey Felipe VI, está haciendo una defensa de baja intensidad, muy diferente de la estrategia de exculpación combativa, extenuante y hasta agresiva que aplica Diego Torres, el exnúmero dos de Nóos.

Iñaki Urdangarin se acogió durante su larga declaración como acusado a dos salvavidas. Por un lado: él solo se dedicó en Nóos a temas deportivos y relaciones públicas por lo que desconoce el día a día del grupo empresarial o asuntos tan trascendentes como la facturación y la tributación.

El segundo escudo del exduque de Palma fue que contaba con un amplio plantel de asesores de confianza, entre ellos Miguel Tejeiro, que hoy proseguirá su declaración como testigo, y que la Casa del Rey, a través del entonces secretario de las Infantas, Carlos García Revenga, supervisaba y hasta tenía la última palabra en todas las acciones importantes de Nóos. La idea de que no se movía ni un papel en Nóos sin el beneplácito de la Casa del Rey y el visto bueno de los asesores es sostenida también por Diego Torres.

Sudó de lo lindo

Urdangarin sudó de lo lindo para tratar de aparentar que él era uno más en Nóos y hasta que sus subordinados le fijaban las horas que él había dedicado a cada proyecto para luego facturarlas.

Varios testigos han desmentido la versión exculpatoria del yerno del rey Juan Carlos y han declarado que Urdangarin y Torres eran jefes y dueños del grupo empresarial y que la Casa Real brilló por su ausencia en el control.

Mario Pascual es de los últimos abogados en interrogar a acusados y testigos. Su turno llega, a menudo, cuando las otras partes ya han bombardeado al declarante a preguntas, pero el letrado barcelonés no se destaca por la finura o contundencia de su interrogatorio.

Las cuestiones que ha dirigido a los testigos no pretendían reforzar los pilares de defensa de Urdangarin: ignorancia y tutela externa, si no que han versado sobre aspectos tangenciales del caso.

Mario Pascual sí que ha interrogado a antiguos trabajadores y colaboradores de Nóos y otros acusados sobre posibles advertencias de ilegalidad respecto a algunas acciones, que ahora se ven como delictivas.

Nadie, hasta ahora, ha reconocido que en su día se hubieran planteado dudas sobre la licitud de las iniciativas de Nóos. El único testigo que podrá desmentir esa coartada será José Manuel Romero Moreno, conde Fontao y ex abogado externo del rey Juan Carlos. Romero, citado para el 21 de abril próximo, fue comisionado por el Rey para que Urdangarin y la Infanta se apartaran del Instituto Nóos.

Pascual desconcertó a las partes del caso Nóos y a los periodistas con las preguntas que dirigió a su representado cuando éste declaró como acusado. El abogado, inexplicablemente, insistió en que su cliente confirmara que varias firmas suyas plasmadas en unos certificados de cuentas de Aizoon entregados al Registro Mercantil eran falsas.

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