Miguel Tejeiro, el antiguo secretario del consejo de administración del Instituto Nóos y asesor legal y tributario de Iñaki Urdangarin y Diego Torres, desmontó todas las teorías exculpatorias que habían defendido los dos antiguos socios. Confirmó lo que han venido contando todos los testigos que han declarado hasta ahora: Urdangarin y Torres tenían un control absoluto sobre el conjunto de sociedades y "tomaban todas y cada una de las decisiones económicas", incluidas la falsificación de las facturas que se presentaron al cobro en las administraciones que contrataron sus proyectos. Pero dio un dato más especialmente relevante. No fue solo su cuñado quien le pidió que le buscara una sociedad en el extranjero para operar, que después fue utilizada para sacar el dinero fuera de España. La misma propuesta se la hizo el marido de la infanta Cristina, que desmintió en su declaración que hubiera realizado ninguna gestión para operar en el extranjero. "Me lo pidieron los dos", reiteró el asesor tributario. En cualquier caso, quiso dejar muy claro que no es una irregularidad operar con una sociedad en el extranjero. Depende de lo que se hace después con ella.

Cuando apenas se había iniciado el interrogatorio del testigo, el abogado de Torres le advirtió al tribunal que Miguel Tejeiro estaba obligado al secreto profesional por su condición de abogado en ejercicio, además de asesor fiscal. Esta advertencia tuvo su efecto. La presidenta del tribunal no dejó muy claro hasta dónde quedaba limitada su obligación de guardar silencio, situación que confundió al testigo, porque no sabía muy bien qué es lo que podía decir y qué no. Esta situación, sin duda, afectó a sus explicaciones. De hecho, se negó a aclarar si Urdangarin llegó o no a operar lejos de España, pero sí confirmó que su cuñado adquirió una sociedad en Londres con la que gestionó dinero obtenido a través del instituto Nóos.

Miguel Tejeiro recordó que conoció a Urdangarin en 2003. Se lo presentó Torres. A partir de ese momento se convirtió en su asesor y pasó a tramitarle sus asuntos tributarios. El asesor detalló que el marido de la Infanta ya estaba gestionando una sociedad, en la que figuraba su esposa y tres de sus hijos. Desveló que esta empresa (Namasté), sí tuvo actividad económica. Urdangarin facturó casi 260.000 euros y, además, tenía dada de alta a la empleada del hogar. "Aconsejé que creara otra sociedad porque me pareció poco adecuado que estuvieran sus hijos". Entonces se deshizo la sociedad anterior y creó Aizoon.

El testigo quiso dejar muy claro que nunca dijo que la infanta Cristina fuera utilizada como escudo fiscal y que por ello entró a formar parte de esta empresa familiar. Y señaló que la afirmación que realizó el notario, sobre dicho escudo, "lo hizo para perjudicarme a mí, a través de la Infanta, por un problema profesional que habíamos tenido".

Miguel Tejeiro, cuya hija también entró a formar parte de la lista de trabajadores ficticios contratados en las empresas del grupo Nóos, salió en defensa de su hermano Marcos y dijo que "es absurdo" que los dos socios pretendan presentarlo como una especie de director financiero del grupo. Era solo un administrativo, sin poder de decisión. "Torres es una persona muy brillante pero quien le conoce sabe que es muy obsesivo. Nunca dejaría que una empresa suya tuviera un gerente que no fuera él", insistió

También desmintió otra afirmación que había sostenido Urdangarin en su declaración. Nunca facilitó información alguna, ni tributaria ni de otro tipo, de las sociedades del grupo a la Casa Real, incluido la empresa Aizoon. "Lo único que hacia era facilitarle a Federico Rubio los datos tributarios que afectaban a la declaración de Hacienda de la Infanta, porque yo solo se la hacía a Urdangarin y no a ella". Tampoco tuvo ningún tipo de relación fluida ni con Carlos García Revenga, el secretario de las infantas, ni el conde de Fontao, el asesor legal de la Casa Real.

El testigo también quiso dejar muy claro que todas las decisiones tributarias que tomaron Urdangarin y Torres, que han terminado en denuncias fiscales contra ambos, fue por decisión personal, sin que él interviniera en el contenido de la información que se incluyó en estas declaraciones. "Yo solo anotaba las facturas que me entregaban en la contabilidad e introducía los datos en el ordenador, pero no me dedicaba a comprobarlas. Desde antes de que yo les asesora Urdangarin y Torres ya venían actuando de la misma manera y facturaban sus actividades profesionales a través de sus empresas". En este sentido, quiso dejar muy claro que "hacían lo que les daba la gana" y recordó que ambos socios, por su formación académica, tenían los conocimientos tributarios necesarios para conocer cuáles eran los gastos que podían declarar y los que no.

Con estas respuestas el asesor desmontó también el intento de los dos ejecutivos para atribuirle a él la responsabilidad en las declaraciones tributarias que han derivado en estas denuncias por delito fiscal. "Hacían lo que les daba la gana", insistió.

Dijo también que "nunca consideré al Instituto Nóos como un proyecto sin ánimo de lucro, porque tenía beneficios". Y afirmó que los socios se repartían el dinero que ganaban "a partes iguales". La declaración del testigo continuará esta mañana.