La presidenta del tribunal, Samantha Romero, acordó ayer prohibir que los acusados y las partes entren en la sala de vistas con los móviles, debido a que en la sesión del jueves sonó extemporáneamente uno de estos aparatos. Manuel González Peeters, letrado de Diego Torres, protestó y amenazó con renunciar si no se le permite comunicarse con su cliente a través de mensajes de móvil. El exnúmero dos de Nóos se sabe de carrerilla el sumario e informa a su abogado de los documentos y preguntas relativos a cada testigo mediante mensajes.

La presidenta le replicó que podrá despachar con Torres en los recesos y así no se verá limitado su derecho de defensa.

Romero también lanzó otra dura advertencia a los abogados sobre su actitud en los interrogatorios y de cara al tribunal. La jueza afirmó que no iba a tolerar más faltas de respeto en la sala de vistas hacia testigos, partes o magistradas y que iba a echar mano de sus potestades disciplinarias para poner orden en el juicio.

La presidenta y ponente anunció que habrá sanciones contra los abogados que alteren el pacífico desarrollo de la vista.

Romero también aseguró estar cansada de que las partes introduzcan la respuesta o valoraciones en sus preguntas. "A partir de ahora las cuestiones mal planteadas serán declaradas impertinentes sin derecho a repetirlas", anunció.

Romero no consiente que se interrogue mediante afirmaciones y advierte muy seriamente a todos los testigos de que deben contestar aquello que sepan directamente o por terceras personas, pero que no han de introducir en su declaración conjeturas o suposiciones.