Desde el sector de compra de oro se denuncia el cierre de locales a causa de la presión fiscal del Govern, pero se reconoce que hay otros factores que han impulsado este recorte en su actividad, y el fundamental es que la mejoría económica ha hecho que cada vez sean menos las familias que se ven obligadas a desprenderse de sus joyas para poder salir adelante. En este sentido, se destaca que incluso en este tema se percibe la estacionalidad de la economía balear, ya que la cifra de personas que venden su oro desciende notablemente durante la temporada turística, para incrementarse en invierno.