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El juicio del caso Nóos

Las incógnitas que la Infanta no despejó

La hermana del Rey eludió contestar sobre las irregularidades de Aizoon que la pudieran comprometer

La Infanta decidió que solo contestaría a las preguntas de su abogado defensor.

Cristina de Borbón se acogió el jueves a su derecho de guardar silencio ante cualquier pregunta que pudiera comprometerla. Por ello solo quiso contestar a las preguntas que le hizo su abogado, que lógicamente no iban a perjudicarla. Rechazó hacer lo mismo con el sindicato Manos Limpias, la única acusación que mantiene que cometió dos delitos fiscales. Su silencio, sin embargo, evitó que pudiera aclarar muchas de las incógnitas que genera su actuación, tanto en el Instituto Nóos como en la sociedad familiar Aizoon.

Gastos: La tarjeta Visa con la que se realizaron gastos privados

La infanta Cristina declaró, por primera, que nunca dispuso de la tarjeta Visa que aparece a su nombre y que corresponde a una cuenta de Aizoon. Esta tarjeta se utilizó para realizar gastos de tipo personal, como por ejemplo la compra de un libro juvenil o un servicio de peluquería. Es difícil justificar que si ella no dispuso de esta tarjeta, porque estaba custodiada por Urdangarin, la pudieran utilizar empleados de confianza del exduque. Desde luego Urdangarin no lo aclaró y ella mucho menos, a no ser que la secretaria del marido de la Infanta pudiera usar este documento tan personal para pagar la peluquería, como en algún momento se insinuó.

Palacete: No aclaró la compra de la vivienda de Barcelona

Ni una sola pregunta de su abogado fue dedicada a la compra de la casa de Barcelona. La Infanta dijo que nunca hablaba de temas económicos con su marido, porque demasiado tenía con atender a sus hijos, a su trabajo y a sus responsabilidades institucionales. Pero también es complicado aceptar que en algún momento no le planteara a su esposo de qué forma se iba a financiar la compra de su lujosa casa de Barcelona, más allá de que le pidiera un préstamo a su padre.

Empresa: Que no se preocupara nunca de la sociedad familiar

Si es cierto que fue Urdangarin quien insistió en compartir Aizoon con su mujer porque quería que se implicara en sus proyectos profesionales, no se entiende que en ningún momento el matrimonio, como haría prácticamente todas las parejas, comentara ni un solo proyecto en los que estaba implicado Urdangarin, sobre todo por las elevados beneficios que reportaba a la familia. Ello no es contradictorio con que la infanta Cristina no se preocupara por la gestión diaria de la sociedad, ya que ha quedado muy claro que esa función de administración la ejercía su marido. ¿Qué mujer no le pregunta a su pareja la procedencia de sus ingresos sobre todo cuando se embarca en la compra de una casa tan cara?

Prohibiciones: ¿Qué tipo de consultas hizo a su secretario?

¿Era Carlos García Revenga la persona de la Casa Real más adecuada para decidir si la Infanta podía formar parte de una empresa? Este funcionario no tiene ninguna formación jurídica, ni tributaria, aunque la Infanta señaló que se había asesorado con el inspector de Hacienda que realizaba la declaración a la Familia Real. Pero el problema no es tanto que ella participara en la empresa familiar, sino la gestión posterior que se realizó para ingresar tanto dinero.

Instituto: ¿Pidió también permiso para entrar en Nóos?

En el juicio ha quedado muy claro que ella tuvo una presencia testimonial en Nóos. Sin embargo, no aclaró, porque no se lo preguntaron, el verdadero motivo por el que aceptó formar parte del consejo de administración. El control que realiza la Zarzuela para que algún integrante de la Familia Real acepte formar parte de alguna institución, privada o pública, aunque sea a título simbólico, es muy riguroso. ¿Preguntó en algún momento a los asesores reales si podía o no aceptar este cargo? Ella no lo aclaró.

Empleados: ¿Ofreció un trabajo sin contrato a sus empleados?

Pagar en metálico a un empleado o hacerlo a través de una cuenta bancaria no representa ninguna irregularidad. El juez Castro, en realidad, señaló que la Infanta, supuestamente, había ofrecido a unos empleados de su domicilio que trabajaran sin contrato laboral, al menos durante las semanas de prueba. Ella, sin embargo, en ningún momento aclaró si era cierta o no esta situación que describieron los propios empleados. Más bien quiso explicar al tribunal, además con mucha energía, que no era cierto que pagar a estos trabajadores con dinero en metálico.

Documento: ¿Firmó todos los documentos sin leer ninguno de ellos?

¿Siempre firmaba todos los documentos de la empresa en barbecho, sin leer ni uno solo? Dada la preparación universitaria de la Infanta se hace difícil comprender que no conociera que su firma en un documento representa aceptar el contenido de la decisión que se toma. Ella se ha excusado siempre en la confianza ciega que tenía en su esposo.

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