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Agricultura

La sequía arrasa cultivos de trigo, avena y cebada del sur de la isla

Técnicos concluyen que algunas cosechas de Llucmajor, Santanyí, Campos y Felanitx son ya irrecuperables

Terreno en Campos con grandes claros. m.adrover

"El daño ya está hecho y los cultivos son del todo irrecuperables". Los expertos que han analizado los efectos de la devastadora sequía para las organizaciones agrarias han concluido que los cereales y el forraje para el ganado ya no tienen ninguna posibilidad de reacción. "La planta está prácticamente muerta", aseveran.

El sur de Mallorca es la zona, con diferencia, más afectada. Un simple recorrido por los campos de municipios como Llucmajor, Campos o Santanyí basta para comprobar que la cosecha de este verano será muy escasa. Al arrancar una planta de trigo o de cebada se observa que las hojas de la parte superior conservan el color verde gracias a las leves lluvias del pasado fin de semana. No obstante, la parte inferior es de color marrón, fruto de su avanzado estado de disecación y la semilla empieza a gangrenarse. Un síntoma claro de la falta de lluvia que ha impedido que los cereales crezcan.

De igual modo, en la zona de Campos se observa cómo grandes extensiones de cultivos como avena o cebada, que en años anteriores por estas fechas superaban los 50 centímetros y ya mostraban una imponente espiga, este año ni han germinado.

Esta situación provoca que los ganaderos no tengan comida para alimentar a sus reses y ya están enviando los corderos y los cerdos a los mataderos a precios mucho más bajos de lo habitual para intentar reducir las pérdidas. De igual modo, los cereales, así como leguminosas como son las habas, no tienen fuerza ni para sacar las espigas. Ello quiere decir que este año no habrá paja, que también sirve de alimento para el ganado, y tampoco habrá cosecha para vender el grano.

Pedro Ballester es un agricultor y ganadero de Campos que está viendo cómo sus más de 80 hectáreas han quedado completamente disecadas por la falta de agua. Además de la situación actual, este payés recuerda que la cosecha que pensaba recoger en julio era para abastecer su ganaderías el resto del año. "Es un golpe mortal para el sector", augura.

Ayudas del todo insuficientes

Mientras los agricultores y ganaderos están calificando de "autentico desastre" lo que están provocando los efectos de la sequía, la conselleria de Medio Ambiente y Agricultura lleva más de 15 días redactando un borrador para sacar una línea de ayudas. El pasado viernes día 12 de febrero el conseller Vicenç Vidal anunció a las organizaciones agrarias que llevaban tiempo elaborando esta iniciativa para que los ganaderos puedan comprar forrajes en la península. Además, el propio conseller se comprometió que el pasado lunes día 15 les entregarían un borrador. Ayer viernes todavía no tenían noticias del borrador.

Hay que tener en cuenta que al tratarse de ayudas especiales deben ser ratificadas por Bruselas y antes deben pasar por el ministerio de Agricultura. Ello está calentando los ánimos de un sector que está viendo escasa colaboración y falta de agilidad por parte del departamento que dirige el conseller Vidal.

Además de todo ello, las ayudas para comprar comida para el ganado que les han prometido son del todo insuficientes. Si en principio eran los rebaños de ovejas que estaban pasando verdaderas dificultades, ahora también son las ganaderías vacunas de leche y de producción de carne. Su alimento básico son los llamados silos de forrajes que no se han podido realizar por la escasez de cultivos.

Una tonelada de alfalfa peninsular cuesta a los ganaderos 280 euros. B. RAMON

El Govern les ofrece una ayuda de unos 35 euros por cabeza de vacuno durante 90 días. Los ganaderos apuntan que cada vaca lechera, sin contar el trabajo, consume del orden de seis euros diarios.

Por otra parte, los precios de alfalfa o forrajes que les piden en la península son muy elevados. En el caso de la alfalfa seca se habla de unos 210 euros por tonelada. A este precio hay que añadir otros 70 euros para el transporte, por lo que cuando la tonelada de alfalfa llegue a Mallorca habrá costado 280 euros. Es por ello que desde el sector califican de "calderilla" las ayudas que ofrece el Govern.

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