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"O apostamos por la calidad o iremos a peor"

Los empresarios de Mallorca están cada vez más convencidos de que hay que elevar el nivel de la oferta aunque sea a costa de perder viajeros

Mientras crece el poder de los touroperadores en las islas y baja la facturación de la oferta especializada balear, una rama va por libre y aguanta el pulso con vigor: los hoteleros han logrado ser los únicos empresarios locales que elevan sus ingresos en estos años de bajada general de la facturación en el destino Mallorca. Concretamente, han pasado de 2.080 millones de caja en 2013 a 2.171 en el 2.015. Y si se mira al año 2010, el avance de los hoteleros supera incluso el de los touroperadores, con un despampanante crecimiento del 48% en cinco años. ¿Cómo lo han logrado? Lo explica su propia presidenta patronal, Inma Benito, que alude a un factor clave: inversión en los hoteles. Han elevado la calidad con reformas. Se han especializado para diferenciar sus productores. Y encima lo han complementado con una estrategia que cada vez les funciona mejor: la venta directa a través de sus plataformas web, inversión en tecnología y conocimiento, en este caso. Con todo ello, mientras ramas como la restauración, el comercio, las atracciones turísticas o el ocio nocturno perdían pie incluso en pleno abarrote histórico de turistas, los hoteles ganaban mercado, ingresos e independencia.

Su éxito es tal que marca tendencia en el resto del empresariado local, definitivamente concienciado de que solo la mejora de calidad de la oferta permitirá cambiar el eje. Los touroperadores plantean el negocio como algo cuantitativo, haciendo del volumen creciente de clientes su arma. Los empresarios baleares lo enfocan cada vez más por la vía cualitativa: la tesis es que solo si haces algo distinto (te especializas) o lo haces mejor que nadie (elevas tu calidad) puedes reducir tu dependencia del volumen de clientes en un mercado cada vez más disputado. "Sería mejor tener los mismos ingresos con menos turistas. En esto coincido con el vicepresident del Govern (Biel Barceló, el responsable de Turismo), que dice que con la cantidad de turistas podemos matar la calidad. De hecho, ahora se ve cierta euforia porque igual en julio y agosto hay overbooking de turistas, pero eso a mi en vez de alegrarme me preocupa mucho, porque la masificación ahuyenta el turismo de más dinero. O apostamos por la calidad o iremos a peor", reflexiona Antonio González, presidente de la confederación que agrupa a las patronales de la oferta complementaria. "Crecer en volumen de turistas sin ganar más dinero por ello no es lo que nos interesa como sociedad", zanja, haciendo suyo el discurso de un economista local que lleva una década insistiendo en que solo el crecimiento cualitativo interesa a Mallorca, Antoni Riera.

Cae el turismo de renta alta

¿Y cómo va esa lucha por el turismo de mayor poder adquisitivo? Pues a trancas y barrancas. En 2014, el turismo de clase alta gastó en Mallorca 4.083 millones, que fueron 3.666 en 2015, un retroceso del 10% que privó a la isla de 417 millones de euros. La crisis rusa explica parte del desaguisado, aunque hay un dato preocupante para Mallorca: a Eivissa no le pasó, no hubo caída entre la clase alta. Al tiempo, en los últimos dos años se ha desplomado la facturación del turismo de poder adquisitivo bajo, que pasa de 247 millones a 151, un 40% menos que celebrarán sobre todo quienes avisan desde hace años del riesgo que supone para la isla el modelo Magaluf de turismo hooligan, como Gabriel Escarrer y su imperio Meliá.

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