En las cinco clínicas de Mallorca integradas en el grupo Vitaldent ayer se vendía oficialmente "absoluta normalidad" y "funcionamiento como cada día". Aunque no era un día cualquiera para ellos: la mayor red de servicios dentales de Europa, con siete millones de clientes y 364 establecimientos solo en España, se vio sacudida desde primera hora de la mañana por los registros de su sede central y por las trece detenciones de directivos del grupo, entre ellos su presidente y primer accionista, el protésico Ernesto Colman (Montevideo, Uruguay, 1961).

La llamada operación Topolino, coordinada por la Fiscalía Anticorrupción y la Policía Nacional, no llegó a Palma en busca de pruebas de fraude y blanqueo de capitales, aunque sí inquietó a los clientes del grupo en la isla. Pese a ello, el mensaje que trasladaban desde la clínica de Vitaldent en las avenidas de Palma (cruce con Ricardo Ortega) y desde las instalaciones de la calle 31 de diciembre, también en Palma, era idéntico: "Estamos funcionando con normalidad. Se dan y se atienden citas y lo vamos a seguir haciendo como hasta ahora". Aportaban además un dato: ninguna de las cinco clínicas de la marca en Mallorca está integrada en el grupo en régimen de franquicia, es decir, no están entre los negocios que Anticorrupción sospecha que estaban siendo estafadas por la matriz de Vitaldent.

Según informaron a diversos medios de comunicación nacionales en fuentes de la Fiscalía Anticorrupción, la empresa de Ernesto Colman habría estafado y blanqueado algo más de diez millones de euros con un mismo sistema. Primero, el dueño de Vitaldent, que según la Fiscalía dirigía "una organización criminal", exigía a sus franquiciados que le pagasen grandes cantidades en metálico (un 10% de la facturación), un dinero que no se declaraban a Hacienda y se gestionaba a través de una caja b. Esos fondos posteriormente eran blanqueados en Suiza y Luxemburgo.

Purasangres, avión y lujo

Finalmente, el dinero volvía a España, donde Colman lo reinvertía en inmuebles, fincas rústicas y algún que otro capricho: la policía ayer intervino un avión valorado en un millón de euros y 36 vehículos de lujo, al tiempo que bloqueaba 200 fincas en manos de Colman y su empresa. En ella están integradas, como se decía, las cinco clínicas de Mallorca y otras dos en Eivissa y Menorca, que al no ser franquicias no se habrían visto estafadas con el sistema que investigan Anticorrupción y la Agencia Tributaria desde hace más de dos años. Fruto de esas pesquisas han sido localizadas varias cuentas de Colman en Suiza con varios millones de euros, dinero que también blanqueaba con un negocio de compra y venta de caballos purasangre.

Por todo ello se le atribuyen a Colman, una de las mayores fortunas de España con 600 millones de euros de patrimonio personal, delitos de blanqueo de capitales y de fraude contra la Hacienda Pública y las franquicias de la primera red de dentistas (supuestamente) low cost del mundo. Su éxito en 25 años de expansión fulgurante llevó a la revista Time a bautizar en 2006 a la cadena como McDentist, por ofrecer cuidado dental a precios más bajos que la media del mercado en cientos de clínicas asociadas como franquiciados. De hecho, de las 364 instalaciones españolas, 231 era franquicias y 133 negocios propios de Colman y Vitaldent, como sería el caso de las siete de Balears.

En ellas se vivían ayer los acontecimientos desde la distancia, con "normalidad "quizá impostada, y, según la versión de los propios centros de la isla, sin presión ni llamadas de preocupación de los clientes. Aunque había inquietud entre los trabajadores, según confirmaron fuentes de una plantilla que en España integran más de 7.000 personas.

El precedente en Palma

En Mallorca Vitaldent tiene a día de hoy las dos oficinas citadas en las avenidas de Palma y en 31 de diciembre, a las que se suman otra en Santa Catalina (plaza Pont), y dos más en Manacor y en Inca. En esta última insistían en que la situación era de plena tranquilidad. Ni llamadas de alarma, ni cancelaciones, pese al cruce de versiones entre las asociaciones de consumidores (que sostienen que esto acabará afectando al servicio y a los clientes) y la Fiscalía Anticorrupción (que aseguraba que no hay razones para que la atención se vea afectada, toda vez que las clínicas siguen abiertas). Aunque justo en Mallorca hay un precedente orientativo, también con Vitaldent: como informó este diario hace ya cinco años, la red tenía dos establecimientos en régimen de franquicia en Palma (una en 31 de diciembre y otra en Pasqual Ribot), que en enero de 2011 cerraron de un día para otro. Dejaron tirados a decenas de pacientes, algunos con tratamientos pendientes pero pagados por valor de hasta 8.000 euros, que les llevaron a denunciar a las franquicias del grupo ahora intervenido.