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Opinión: El contable destrozó a la Infanta, por Matías Vallés

Los Duques de Palma saquearon Mallorca hace una década. Si alguien hubiera escrito entonces que Urdangarin era el miembro clave de la pareja, en tanto que Cristina de Borbón quedaba relegada al papel secundario de abnegada ama de casa, hubiera sido acusado de antimonárquico. Por no hablar del machismo explícito en esta consideración. Pues bien, los monárquicos rabiosos presumen hoy de que la hermana del Rey es una ignorante mayúscula, que no ejerce función alguna de representación. Una pobre mujer, solo les falta añadir. Ni siquiera debemos despistarnos en arruinar su patraña, más allá de extrañarnos de que no exijan su salida inmediata de la línea sucesoria, dadas las escasas luces que le adjudican.

Por última vez, Urdangarin no es responsable del comportamiento público de la Infanta, pero la Infanta es enteramente responsable del comportamiento público de su esposo. Por lo menos, mientras los contribuyentes paguen el notable equipo policial que protege a los ciudadanos de una nueva agresión económica de los exduques de Palma. Quienes se preguntan a qué se dedican los escoltas en su tiempo libre, han obtenido la respuesta de labios de Marco Tejeiro, contable del caso Infanta. En su versión, la entonces hija del Rey y su marido entregaban mazos de facturas de gastos privados a los funcionarios. Los documentos debían consignarse ilegalmente como gastos de la sociedad que el matrimonio constituyó al cincuenta por ciento.

Es decir, en su frenesí por pisotear a quienes consideraban sus súbditos, la Infanta y su balonmanista utilizaban a funcionarios policiales como cómplices de turbios manejos. Por lo menos, Iñaki recibía los sobres en mano. Una hermana de Rey no se rebaja a camuflar gastos privados. Para eso se inventaron los escoltas, que también han de ser pagados en Ginebra ante la estupefacción de las autoridades suizas.

Tejeiro destrozó a Cristina de Borbón. Socialmente hablando, el Derecho opera con otros engranajes. La Infanta y Urdangarin, enumerados en el mismo orden en que aparecen en los documentos oficiales del sumario, han sufrido mayor castigo a manos de su contable arrepentido que en los autos del juez Castro. No queremos desairar a los neomonárquicos que reducen a una aspirante al trono a mera comparsa. Por tanto, adjuntamos una relación de delitos de los que es inocente en grado sumo la exdduquesa, desde la falsificación de moneda hasta la conducción temeraria.

La mayoría de ingresados en las cárceles españolas son inocentes del 99,9 por ciento de los artículos del Código Penal, así de extraña es la ley. Los neomonárquicos ya desligaron a Juan Carlos de Borbón de Jaume Matas, cuando el ministro de Aznar declaró que accedió a la farsa de los Forum para congraciarse con la Corona. ¿Quién exactamente llevaba la Corona en 2004? La exención se amplía ahora a la hija del Rey, que el contable confirmó que no acudía a la oficina. Qué extraño, tratándose de una Infanta. En tiempos de zoozbra, hay que refugiarse en la ecuanimidad de los jueces. Un poco hartos de que hasta el momento exacto de declaración de la Infanta se someta a recursos, y antes de que alguien esgrima otra doctrina Botín, es reconfortante que la presidenta manifieste que el tribunal decidirá el momento del interrogatorio de la procesada y aspirante al trono.

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