Los responsables de Bimbo han comunicado a los representantes de la plantilla que no tienen la menor intención de ceder en su pretensión de cerrar la fábrica de Palma, y ello pese a reconocer la 'presión' que el conseller de Trabajo, Iago Negueruela, había ejercicio durante su encuentro en Barcelona con directivos de esta firma para que se mantuviera la actividad en la isla, según señaló el portavoz de los empleados de esta firma en Mallorca, Paco Cámara, tras la reunión celebrada ayer en Madrid.

Según reconoció, el encuentro se salda con pocos avances, más allá de que la empresa ha elevado su oferta de indemnización para los despedidos, al fijar 33 días de salario por año trabajado, pero con un tope máximo de 24 meses de sueldo en lugar de los 20 fijados inicialmente. Además, se mantiene la oferta de que dos empleados puedan seguir trabajando en Palma, dentro del centro logístico que se quiere mantener, y que ocho puedan trasladarse a la fábrica de Granollers, dejando la puerta abierta a que si alguno luego se arrepiente, pueda optar luego por dejar su puesto y percibir la indemnización que finalmente se acuerde. Pero Cámara admite que estos planteamientos no suponen ningún avance, por cuanto la pretensión de la plantilla sigue siendo que la fábrica de Palma siga operativa y se respete el puesto de los 34 trabajadores afectados por el expediente de regulación de empleo.

El único elemento valorado es que los delegados sindicales de Bimbo en Madrid se han ofrecido a convocar un paro de esta firma en España en apoyo a la plantilla de Palma, una posibilidad que se va a analizar. De momento, los trabajadores de la isla se concentrarán de nuevo el lunes ante la fábrica.