El Partido Animalista PACMA entregará hoy casi 20,000 firmas recogidas a la Conselleria de Medi Ambient del Gover balear. Estas firmas, recogidas durante una semana en la página web del partido, exigen la dimisión del conseller insular de Medi Ambient, Miquel Vericad (Guanyem Eivissa), y de la directora de Espais Naturals de la Conselleria de Medi Ambient, Caterina Amengual (MES per Mallorca), por la matanza a tiros de todas las cabras que vivían en el islote de es Vedrà, en la costa de Eivissa.

Se da la circunstancia de que Vericad no ha tenido ninguna responsabilidad en la decisión que se ha tomado, ya que las competencias sobre las áreas naturales protegidas corresponden al Govern balear y no al Consell de Eivissa. No obstante, la recogida de firmas no hace ninguna alusión al conseller balear de Medio Ambiente, Vicenç Vidal, que es el responsable político último de la decisión de eliminar a las cabras y de dejar sus cuerpos en el islote ante la dificultad y el riesgo que comportaba sacarlos, según los técnicos.

"Durante seis horas los técnicos se dedicaron a disparar una a una a todas las cabras, incluidas las cabritillas de pocos meses", plasma un testimonio en la página web del Partido Animalista. La coordinadora y portavoz en Mallorca de PACMA, María Beltrán, explica que había otras opciones aparte del exterminio de los animales. "Está demostrado que se han sacado cabras vivas del islote", afirma la portavoz del partido.

El conseller de Medi Ambient, Miquel Vericard, felicitó, la pasada semana, al Govern por proteger el territorio de es Vedrà: "Tenemos el deber de proteger nuestro patrimonio, que es lo que hace singular a Eivissa". El Partido Animalista ha reaccionado a esta afirmación. Beltrán explicó ayer que antes de exterminar se podían haber valorado otras alternativas como una jaula o corral trampa. Redirigir las cabras para encerrarlas también hubiera sido una posibilidad viable, así como sacarlas con una embarcación. "Todas estas alternativas eran posibles, pero requerían más tiempo y no convenían", afirma la portavoz de PACMA en Mallorca.

Jaumen Estarellas, biólogo experto en biodiversidad, relata que la conclusión es que había una dificultad extrema de coger vivas a las cabras por lo escarpado del terreno y comportaba riesgo para las personas. Usar trampas implicaba tener que bajar al animal, trampeado y luego dormido, desde la parte alta en la que se refugian, algo "muy complicado". También se estudió emplear dardos anestésicos, pero hay que disparar a un mínimo de 10 metros y el sedante tarda cinco minutos en hacer efecto, por lo que las cabras podían caer por el acantilado aturdidas.

Frente a las críticas por no haber cogido vivos a los animales, el biólogo explica que dado "el relieve del islote, su extensión y el comportamiento esquivo de las cabras, se hubiesen podido coger algunas, en meses o años". Además, el biólogo señala que el único destino posible de los animales hubiese sido el sacrificio, porque al estar asilvestradas no habrían aguantado en un corral, y habrían "muerto de inactividad o sufrimiento o encontronazos contra las vallas o cercados". En cualquier caso, tendrían que haber pasado un año en cuarentena, ya que no han tenido atención veterinaria nunca. En estas circunstancias, el biólogo considera que era preferible abatir a los animales en el islote y evitarles la operación de captura y el viaje en barco y coche hasta el matadero de Eivissa.

Las casi 20,000 firmas recogidas por PACMA, a nivel nacional e incluso extranjero, se presentan a la presidenta del Govern balear.