El servicio de radiología del hospital de Son Llàtzer se ha puesto las pilas con un objetivo muy concreto: reducir las listas de espera. Por ello ha montado un tercer turno, de diez a doce y media de la noche, en el que está citando a pacientes que tienen pendiente la realización de una resonancia magnética, prueba diagnóstica que acumula una demora media de entre seis y siete meses, admitieron en el propio departamento clínico.

"Empezamos el pasado 18 de enero con esta medida para reducir las listas de espera. Citamos a seis pacientes cada día en esta franja horaria de lunes a viernes con el objetivo de realizarles la resonancia magnética a unas 30 personas por semana y unas 120 al mes", detalla la jefa del servicio de radiología de este centro sanitario, Carmen Martínez.

La especialista asegura que esta ampliación de horario no es nueva, que ya lo hicieron en otra ocasión hace unos cinco años. "La resonancia magnética funciona de siete y media de la mañana a tres de la tarde en el turno de mañana y desde esta hora hasta las diez de la noche en el turno de tarde. Y en estos periodos se realizan las pruebas a entre diez y once pacientes por turno ya que normalmente la realización de una resonancia se alarga bastante", admite Carmen Martínez, que calcula que un estudio de rodilla puede prolongarse por espacio de hasta 35 minutos mientras que una resonancia ginecológica puede demorarse hasta tres cuartos de hora.

"Y los fines de semana también citamos y realizamos resonancias, aunque no en este turno de noche", añade la jefa de radiología.

Preguntada sobre cuántas personas están esperando que les llamen para hacerse esta prueba en Son Llàtzer, la especialista aventura que serán entre mil quinientas y dos mil personas, pero minusvalora este dato asegurando que lo importante no es el número de pacientes que aguardan sino la espera media que tienen que aguantar, que cifra en estos momentos entre los seis y siete meses para esta prueba concreta.

En su comparecencia de la semana pasada para dar cuenta de las listas de espera, el director general del IB-Salut, Juli Fuster, reveló que a finales del pasado año había un total de 43.829 pacientes en todas las islas que aguardaban que les llamaran para una prueba radiológica. Y según las cifras aportadas por el Servei, en Son Llàtzser en concreto había un total de 16.250 personas aguardando. Fuster concretó además que a finales del pasado mes de diciembre la espera media para una resonancia era de 55,4 días, bastante por debajo de los más de 180 días que la jefa de radiología Son Llàtzer admite como demora media en este hospital.

La especialista aclara que las resonancias magnéticas se suelen realizar fundamentalmente para diagnosticar patologías traumatológicas y neurológicas aunque en estos procesos se suele practicar antes una ecografía o una tomografía axial computarizada, técnica de imagen popularmente conocida como tac.