Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La fiesta en paz

Normas para escribir un artículo sobre pactos

Pedro Sánchez es prisionero de los suyos. efe

Comenzar un artículo por una cita aporta solidez. Ahí va una: "La verdad es poesía. Casi todo el mundo cree que la poesía es una p... mierda". La frase es de una película imprescindible para comprender la política y la crisis económica: La gran apuesta. Los guionistas la atribuyen a un anónimo tabernario.

La verdad importa un carajo en la negociación de los pactos para formar gobierno. Las palabras dichas y escritas de izquierda a derecha solo buscan marcar territorio al adversario. El PSOE con su "no es no al PP". Los populares con sus acusaciones de radicalismo a los socialistas que quieren romper España y llevarnos de nuevo a la crisis económica. Los segundones señalando a los podemistas como demonios chavistas o venezolanos encubiertos. Solo falta que denuncien su pasión por el joropo, la música popular del país.

Los de Junts pel Sí apaciguan ahora sus prisas independentistas. Probablemente buscan allanar un acuerdo entre PSOE y Podemos. Los de Iglesias marcan su "tic, tac", que no se sabe si suena a despertador o revolución.

El día que se cierre un acuerdo, no importa con qué colores, muchos bocazas de hoy, suspirarán por un borrado general de las hemerotecas, las fonotecas y las videotecas. Rezarán para que desaparezca la verdad de unos momentos de borrachera política, de consumo excesivo de verborrea etílica, en los que se dijeron sandeces para echar al baúl del olvido. Tragarán saliva porque mucho peor resulta beber una cicuta política que les aparte del reparto de la tarta.

Tras las digresiones, es hora de reanudar las lecciones sobre cómo escribir un artículo. En internet se pirran por los listados. Los tres políticos más bellos de Kuala Lumpur. Los siete bichos más parecidos a Mariano Rajoy o a Pedro Sánchez. Los cinco gatos que miran como Soraya Sáenz de Santamaría. Tres plantas con la misma coleta que Pablo Iglesias... Éxito asegurado. Los lectores se vuelcan en la lectura de tan sesudas investigaciones. Seguro que la técnica también funciona en papel. Intentémoslo.

Uno. Si el acuerdo se cierra entre PP y PSOE, probablemente será a la catalana. O sea, en el último momento del partido, cuando la cosa se pueda presentar a los españoles como un gesto de generosidad en beneficio del país y como un sacrificio postrero en pro de España, por España y para España. O sea, como Artur Mas pero cambiando Cataluña por España.

Dos. Aquí conviene introducir otra cita. Recurramos a Stefan Zweig y su biografía de María Antonieta. La reina va camino de la guillotina junto con su marido y comparsa de la historia, Luis XVI. "El tiempo es un aliado poco de fiar, oportunista, se pone siempre al lado de los fuertes y deja en la estacada, despreciativo, a quien confía inactivo en él". La proverbial pasividad de Rajoy puede jugar ahora en su contra. Hoy, la agenda muy libre del presidente sitúa más cerca de la realidad un acuerdo de izquierdas para desalojar de Moncloa a los populares, que la gran coalición. Rajoy ni ha vencido en las urnas ni ha convencido tras el cierre de los colegios electorales. Solo ha esperado.

Tres. Otra sentencia, en este caso del conde de Mirabeau, tan buen escritor y polemista como jeta: "Los prisioneros no pueden hacer la guerra". Pedro Sánchez solo podrá pactar una vez liberado de los barones que le tienen prisionero. El pacto de izquierdas tiene poderosos adversarios externos, lo cual entra dentro de la más estricta lógica. Sin embargo, su problema más grave son las desavenencias internas en el propio PSOE. Desde Andalucía a Asturias buscan convertir a Sánchez en rehén. ¿Se liberará de las cadenas o quedará triturado entre los de fuera y los de dentro?

Un toque local ayuda a rematar un artículo. No importa quien logre formar gobierno. La situación financiera de Balears seguirá siendo la misma o peor. No pintamos nada en el concierto político español y seguiremos siendo los principales paganos en favor de quienes sí marcan líneas rojas a los líderes nacionales. Aunque siempre tendremos la última palabra: amén.

Compartir el artículo

stats