Cristina de Borbón tendrá que pasar, al igual que el resto de los 17 acusados del caso Nóos, al menos 12 sesiones (entre el 9 y el 26 de febrero) de vista oral en la Escuela Balear de Administraciones Públicas, tras el auto dictado ayer por la Audiencia de Palma. La Infanta será la última persona en ser interrogada, a petición del fiscal Pedro Horrach, por lo que su declaración podría producirse el viernes 26 de febrero, la jornada que cierra la fase de interrogatorios de acusados. A partir de esa fecha el tribunal ha autorizado a los acusados a ausentarse sin tener que justificarlo, aunque adelantó que les informaría de que si deciden no ira al juicio no podrán alegar más tarde indefensión por esa circunstancia.

Una vez desestimada su cuestión previa para salir del banquillo sin someterse al juicio oral, a la hermana del Rey le quedará repetir los argumentos exculpatorios que utilizó cuando declaró como imputada ante el juez Castro.

A la Infanta únicamente le acusa el sindicato de funcionarios sin afiliados Manos Limpias, que pide 8 años de prisión por ayudar a su esposo Iñaki Urdangarin a defraudar a Hacienda en sus declaraciones de la renta de 2007 y 2008.

La imputación se deriva de que Urdangarin usó, presuntamente, la sociedad familiar Aizoon (que comparte a medias con su esposa) para defraudar al Fisco. Doña Cristina dejó hacer a su marido y usó dinero de origen ilícito de Aizoon para gastos personales como viajes, fiestas infantiles, comidas y la reforma y equipación de su palacete de Pedralbes.

La defensa de la hermana del Rey pasa por mostrarse, en esos años (2003 a 2008 ) como una madre de familia numerosa (4 hijos); ama de casa atareada y que tenía que compaginar esas cargas familiares con su trabajo en La Caixa y sus múltiples tareas de representación de la Familia Real.

Todos esos quehaceres le impedían sacar tiempo para dedicarse a Aizoon, una empresa que gestionaba exclusivamente su marido.

La principal acusada también manifestará que sus conocimientos en materia tributaria son mínimos y que siempre ha tenido asesores fiscales para hacer sus declaraciones de la renta, expertos que eran distintos a los que aconsejaban a su esposo.

En apoyo de doña Cristina saldrán la Abogacía del Estado y la fiscalía, que presentará un informe pericial de Hacienda exculpatorio para supuestos similares al suyo.