Pepote Ballester, el exdirector general de Deportes del Govern que presidía Jaume Matas, se sentará hoy en el banquillo. Pero el juicio será muy breve, dado que ha alcanzado un pacto con el fiscal Anticorrupción, Pedro Horrach, para que se declare culpable del delito que le imputa. Un pacto que supone el reconocimiento del delito, a cambio del pago de una sanción económica que ha acordado con la fiscalía, pero que en cualquier caso evita la posibilidad de ingresar en prisión.

Ballester está citado esta mañana en la Audiencia de Palma para un juicio de un asunto derivado del caso Palma Arena. Se le acusa de haber adjudicado sin concurso previo una serie de trabajos de reforma que se realizaron en el polideportivo Príncipes de España, en Palma. Las obras disponían de un presupuesto de 80.000 euros, pero la factura posteriormente se duplicó. Junto a Ballester, también se sientan en el banquillo el arquitecto que diseñó las obras y el constructor que las realizó. Los dos acusados también han alcanzado un pacto con la acusación y han aceptado el pago de una multa.

Los hechos se remontan al año 2006. Ballester encargó la realización de estas obras al mismo empresario que le estaba construyendo una vivienda en sa Rápita. El proyecto consistía en la construcción de un almacén en el polideportivo.

A pesar del alto coste del presupuesto, la fiscalía cuestiona que las obras se otorgaran sin un concurso previo y fueran otorgadas directamente al constructor que conocía Ballester. Además, el proyecto inicial de construir un almacén se modificó y finalmente se realizaron unos nuevos vestuarios, lo que incrementó el precio de la obra. El fiscal acusa no solo a Ballester, sino a los otros dos profesionales, porque entiende que eran conscientes de que la obra se estaba realizando sin un previo expediente de contratación.

El medallista olímpico hace tiempo que alcanzó un pacto definitivo con la fiscalía Anticorrupción, que engloba todas las causas penales en las que está implicado. El exdirector general de Deportes es uno de los acusados que se sienta en el banquillo en el juicio del caso Nóos. No solo reconoció los hechos desde el principio, sino que implicó a Matas y a Urdangarin en la trama, que finalmente les ha llevado al banquillo.