La empresa Bimbo ha decidido cerrar su fábrica ubicada en Palma y ha presentado un ERE que afecta a 34 trabajadores fijos pero que según UGT va a tener efectos sobre una veintena de empleados eventuales y sobre otros tantos indirectos. La secretaria general de la federación de Industria de este sindicato, Rosario García, ha reclamado medidas al Govern balear para evitar la desaparición de la totalidad de la industria mallorquina, tras el duro golpe sufrido hace algunos años con el cierre de la embotelladora de Coca-Cola.

Bimbo justifica la decisión de cerrar la fábrica palmesana por razones "de competitividad, organizativas y productivas", y anuncia que sus instalaciones situadas en el Polígono de Son Castelló se convertirán en un "centro logístico y de almacenamiento". Así, añade que el suministro de sus productos procederá de la península, tal y como sucede en estos momentos con Menorca y las Pitiüses.

Sin embargo, lo que la representante de UGT y desde el comité de empresa se alega es que a la citada compañía se le olvida decir que el suministro de pan y bollería para Menorca y Eivissa procedía hasta hace diez días de la fábrica mallorquina, y que ésta está trabajando a plena actividad, especialmente durante el verano, época en la que son necesarios tres turnos para mantener la producción constante y poder suministrar así a los consumidores locales y a muchos hoteles del archipiélago, al igual que a locales de restauración, entre los que se cuenta una conocida marca de hamburguesas. Hay que tener en cuenta que la producción palmesana incluye las ramas de panadería y bollería, pero no de pastelería, dado que la demanda de esta última es inferior en las islas, según apuntan los trabajadores.

Desde UGT se afirma que no existen razones económicas para el cierre y los representantes de los trabajadores reconocen el duro golpe que para la plantilla ha supuesto la noticia, que mantiene un estado de ánimo que se califica de muy bajo.

En cualquier caso, UGT afirma que se diseñarán todas las medidas necesarias para intentar evitar el cierre de la fábrica, como la posible convocatoria de movilizaciones, y se subraya el perjuicio que la pretensión de Bimbo supondrá para su imagen, con la advertencia a los consumidores de que el suministro de productos desde otras zonas del país supondrá que éste llegue a sus manos menos fresco y con menor calidad de lo que lo hace en estos momentos, según pone de relieve Rosario García.

Negociación del ERE

Aunque Bimbo ha anunciado que ahora se procederá negociar el expediente de regulación de empleo con los representantes de la plantilla para encontrar "la mejor solución para todas las partes implicadas", desde el comité de empresa y desde UGT se subraya que la edad media de estos trabajadores se mueve entre los 30 y los 45 años, lo que deja poco margen para la aplicación de prejubilaciones, y supondrá llegar a la vía de los despidos, al margen de la indemnización que se pueda acordar.

Así, se añade que el mercado laboral sigue mostrando una importante debilidad, lo que puede suponer condenar a una situación muy compleja a decenas de familias de las islas que reciben buena parte de sus ingresos de la actividad de alguno de sus miembros en Bimbo.

La representante de UGT defiende la necesidad de adoptar medidas para evitar el desmantelamiento total de la industria de la isla, y recuerda la caída de la producción en ramas como la grifería, la bisutería, el calzado, los muebles o el caso de la embotelladora anteriormente señalado.

En cualquier caso, Rosario García ha valorado que ayer mismo la llamara la directora general de Trabajo, Isabel Castro, para interesarse por la situación de la plantilla. Desde esta Conselleria se apuntó que también se ha mantenido un contacto con la empresa propietaria.