­El Govern presentó ayer su proyecto de enseñanza de lenguas extranjeras, que será totalmente voluntario: los colegios e institutos públicos y concertados decidirán si se suman e imparten una o más asignaturas en inglés (u otro idioma extranjero). La idea es que entre en vigor el próximo curso.

Tras la muerte del Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL), el nuevo decreto no introduce novedades en lo que se refiere a la enseñanza del castellano y del catalán: se mantiene el Decret de Mínims, que obliga a impartir la mitad del horario en catalán, como también sigue vigente la libre elección de primera lengua de enseñanza (hasta 2º de Primaria).

La base del decreto, según insistió ayer el conseller Martí March, es la autonomía de los centros para hacer sus proyectos lingüísticos en relación a su contexto. El proyecto subraya la importancia de la evaluación, pero no incluye ningún sistema de corrección cuando se detecte que un plan no funciona y el alumnado no está alcanzado el nivel de competencia marcado como objetivo.

Unos 200 centros ya lo hacen

El plan es voluntario, así que habrá centros que impartirán asignaturas en inglés y otros que no. Ahora mismo un total de 201 colegios e institutos están dando alguna materia en lengua inglesa o en otro idioma extranjero (166 en el marco del plan de Secciones Europeas y 35 por el Plan Piloto Plurilingüe), lo que representa el 50% de centros del archipiélago. ¿Habrá centros ´de primera y de segunda´? March indicó que "se trabajará" para que esto no suceda y para "intentar que se universalice" la enseñanza de materias en lengua extranjera: "No se puede hacer un decreto global", razonó, "confíamos en los centros".

El conseller explicó que a la hora de hacer este decreto lo que han hecho ha sido acudir a los centros para ver "qué funciona y qué no" ya que en educación "los experimentos no se pueden hacer". Indicó que el objetivo de esta nueva normativa es dar "seguridad jurídica" y "ordenar" las experiencias en este sentido que ya estaban desarrollando los colegios.

March defendió que cada centro diseñará "sin imposiciones" su proyecto según su contexto y si se comprueba que no se están cumpliendo los objetivos, Educación "se sentará con el centro a ver qué ha fallado y qué puede cambiar".

Francina Armengol quiso darle empaque y categoría de proyecto de Govern a la presentación del decreto, que hizo ella personalmente en la capilla del Consolat de Mar. El pasado martes iba a ser presentado en una rueda de prensa en Educación por el conseller y una directora general pero fue anulada en el último momento.

"Contra la imposición"

La presidenta aprovechó para remarcar las diferencias con el Govern anterior del PP y empezó subrayando que la educación es "una prioridad" para su Ejecutivo y rechazando "la imposición" que la anterior legislatura provocó "que más de 100.000 personas saliesen a la calle".

Armengol aseguró que el nuevo decreto parte "del diálogo con la comunidad educativa y pone en valor las experiencias de éxito de los centros" y respeta "su singularidad". Dado que el texto aún ha de pasar por el Consell Escolar y las mesas sectoriales, sindicatos y entidades del sector aún han de dar su opinión y la presidenta admitió que "todo es susceptible de ser mejorado". Expresó su compromiso de "mejorar los recursos".

Nivel exigido

Maria Alorda, directora general de Formación Permanente, detalló que los centros que vayan a hacer una sola asignatura en inglés no han de pedir autorización ninguna a Educación. Si deciden hacer más materias, sí han de comunicarlo. A los profesores se les exigirá un nivel B2 para dar estas clases en Primaria (como con el TIL) y un C1 en ESO, Bachillerato y FP. Ahora mismo hay 1.215 docentes habilitados con un B2 de inglés y apenas 120 con un C1.

Los profesores tendrán un plazo de cinco años para sacarse el C1. Educación ya ha diseñado los planes de formación, que incluyen cursos de metodología, para saber cómo impartir materias en lengua extranjeras. En cada centro se nombrará un profesor coordinador y la Conselleria aumentará la presencia de los auxiliares de conversación hasta llegar a los 300 auxiliares nativos frente a los 268 actuales.