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Política

El PP desoye la orden de Rajoy de aparcar sine die el relevo de Bauzá

El presidente dice que el congreso del PP balear se celebrará cuando haya Gobierno en España y mientras tanto manda que no se hable del tema

El presidente in pectore del PP balear, Biel Company. manu mielniezuk

La orden de Génova de aparcar sine die la sucesión de José Ramón Bauzá ha caído en saco roto en el PP balear. Aunque discretos, los sectores enfrentados -especialmente los regionalistas- continúan sus movimientos para hacerse con el control del partido sin atender las indicaciones estatales.

Fuentes del PP balear explican que el presidente Mariano Rajoy en persona ha dejado claro a los barones que no permitirá que se celebre ningún congreso hasta que se esclarezca quién gobierna España en esta legislatura. Fue en una reunión de la ejecutiva, en la que también dijo a los presidentes regionales que no quiere que se abra el debate congresual, para evitar nuevas polémicas internas en tanto se mantenga la incógnita sobre el futuro Ejecutivo y si hay que convocar nuevas elecciones.

La postura de Rajoy es mantener la paz en la formación y aplazar sine die los procesos de renovación de las direcciones. Según las fuentes citadas, el presidente cree que aún en el caso de que se forme un nuevo Gobierno con Pedro Sánchez al frente, éste durará menos de dos años y habrá que volver a las urnas sin agotar la legislatura.

En esta tesitura, el cónclave para suceder a Bauzá puede demorarse hasta fin de año en el mejor de los casos, o incluso tener que celebrarse en 2017 si finalmente se repiten los comicios.

El presidente del PP balear, Miquel Vidal, expresó ante la ejecutiva la preocupación porque se alargue su situación de interinidad, ya que su hoja de ruta contemplaba estar menos de un año. El número tres del PP, Fernando Martínez-Maíllo, llamó a la tranquilidad recordando que hay otras Comunidades en la misma situación, la más cercana, Valencia, donde la ex coordinadora general, Isabel Bonig, asume la presidencia tras la dimisión de Alberto Fabra.

Vidal fue elegido a dedo como el líder de transición, tras forzar los regionalistas el desalojo de Bauzá del poder. Desde entonces ha adoptado un perfil bajo, con el fin de no crear recelos internos y mantener las aguas calmadas. Vidal no se prodiga en las juntas locales y se limita a resolver el papeleo del día a día y atender las demandas más urgentes de los alcaldes y dirigentes municipales. No obstante, hay cargos populares que opinan que no se puede continuar por más tiempo con esta situación de interinidad, que debilita el proyecto del PP en las islas al estar en la oposición.

Por ello, los regionalistas han empezado el año con sus planes en mente: catapultar al exconseller de Agricultura Biel Company a la presidencia del partido. En teoría Company no va a tener ninguna resistencia porque ninguna facción contraria está en disposición de hacer frente a la corriente crítica. Con todo, sus colaboradores no quieren dejar nada al azar, y hacen gestiones discretas -básicamente meriendas o almuerzos- en la part forana para mantener viva la moral en torno al exconseller. Por ahora los regionalistas no cuestionan a Vidal, que navega en su órbita, y esperarán unas semanas a que se aclare el panorama estatal. Será entonces, según cual sea el desenlace de Rajoy, cuando empiecen a mover ficha de verdad.

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