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Al margen

Los Escarrer: "Nos estamos pegando un tiro en cada pie"

Rajoy rescató una letanía: "La prioridad de España debería ser la modernización de los destinos maduros"

Desde la izquierda, Roig, Pilar Carbonell, Gabriel Escarrer, Inma Benito, Carmen Planas, Gabriel Escarrer hijo, Carmen Ferrer, Marcial Rodríguez y Vicente Marí.

­Las ferias pasan, la ecotasa permanece. Y eso que ya ni siquiera es una ecotasa. Se llama Impuesto de Turismo Sostenible y se cobrará desde junio. Les guste a los hoteleros o no. Que no les gusta. Ni un pelo. Lo dejaban claro ayer los dos Gabriel Escarrer, padre e hijo, presidente y vicepresidente de Meliá, que aconsejaban a los mil empresarios presentes en el foro Exceltur que abrazasen la "lealtad" para"ir de la mano de las autoridades" a la hora de invertir en la isla, pero se referían a la Cuba del régimen comunista. En la suya se dan a la muy democrática disidencia con el Govern balear, para asegurar que la nueva ecotasa que ya no es ecotasa pero se le parece mucho supone poco menos que un suicidio: "Nos estamos pegando un tiro en cada pie. Ahora nos va bien [al turismo de Mallorca] pero en los momentos malos nos acordaremos de estas decisiones", decía primero Escarrer hijo, refrendado luego por Escarrer padre, que añadía que crear impuestos turísticos es obligar a la isla (Mallorca, en este caso) a competir en desventaja con otros destinos. Y eso que la mayoría del Mediterráneo ya cobra impuestos similares, en ningún caso tan elevados como la otra isla de los Escarrer, Cuba, que exige una cantidad equivalente a 20 euros por hacer turismo.

Aunque la preocupación de los dueños de Meliá y de otros grandes hoteleros va mucho más allá de la ecotasa aún por digerir: mosquea casi más el volantazo urbanístico del reciente decreto del Govern del pacto entre PSOE, Podemos y Més, que básicamente limita las ventajas en cuanto a plazas y alturas que obtenían los hoteleros a cambio de reformar sus establecimientos. El decreto, dicen, enfría proyectos de modernización que son fundamentales para construir un destino de calidad. Lo dicho, un tiro en cada pie, que los rojos demócratas de Balears entienden menos de turismo que los rojos comunistas cubanos, que ya se preparan para formar a más de 50.000 personas para trabajar en los nuevos hoteles mallorquines de referencia, los de Cuba.

Mariano Rajoy ya ni hace promesas ´turistacas´ (sic)

Hablando de subidas de impuestos al turismo, ayer apareció por el foro de Exceltur Mariano Rajoy. La erótica del poder hizo de Rajoy su excepción, hecho que se percibe aún más ahora, cuando en los corrillos políticos de la capital le dan por defenestrado. Por si no queda claro,a su título de presidente se le añade sistemática y efusivamente un "en funciones", como si antes no las tuviera/ejerciera. El caso es que el aún presidente ha pasado de encabezar los titulares a aparecer en un rincón de la sección de chascarrillos, o sea esta.

El presidente con fecha de caducidad (dicen en Madrid) comparecía como cada año en la gala previa a Fitur con la opción de prometer gratis, que esta vez, visto lo improbable de su reelección, ni siquiera había que excusar el incumplimiento. Pero Rajoy ya no promete nada. Repite sin más, aunque con algo menos. Por ejemplo, hace cuatro años decía que su gobierno impulsaría la bajada de IVA al turismo. Luego lo subió, con lo que ahora se limita a afirmar que ha cumplido, por si las memorias fallan: "Les dije que saldríamos de la crisis, pero siempre con esfuerzo de todos. Cuatro años después las reformas prometidas están aprobadas y hace tiempo que empezaron a dar fruto. En enero de 2012 dije que el impulso de este sector iba a ser mi compromiso, y cuatro años después creo que ese compromiso ha sido real".

¿Y el IVA a la baja prometido aquel 2012? Ni palabra al respecto, pero España es "tercera" en el ranking de países turísticos, algo que Rajoy atribuye a su Gobierno. Subir impuestos al turismo, como fue el caso del IVA, debe ser pues el "impulso al sector" del que hablaba ayer, justo lo que dice para defender su impuesto turístico el Govern de Francina Armengol, que pese a la infanta aún cree que Hacienda somos todos. Incluso los turistas.

Pero volvamos a Rajoy, que ya no promete como presidente, solo espera en la incertidumbre: "En los próximos años no debe cambiar el papel estratégico del turismo, que debería seguir siendo capital para nuestra prosperidad en el futuro". ¿Cómo? "Debemos seguir trabajando en política integrales ´turistacas´ (sic.)", que así pronunció el presidente en funciones de orador la palabra "turísticas", adjetivo que usa una vez al año y en Fitur. Ayer lo desempolvó para la ocasión, que delante había más de mil empresarios y directivos del ramo, entre ellos los mallorquines Carmen Planas, Gabriel Escarrer, Carmen Riu, Josep Lluís Roses, Álvaro Middelmann, Antoni Serra, Inma Benito y varias decenas más, que compartieron escenario y foto (alguna a regañadientes) con altos cargos de ese Govern que tanta guerra les da.

Para todos ellos rescató Rajoy otra letanía: "La prioridad de España debería ser la modernización de los destinos maduros". Como esa Platja de Palma de la que se volverá a hablar en la feria que hoy comienza, justo porque Rajoy y su Gobierno central no pagan los 83 millones que deben a la reforma del muy maduro lugar. Pero que le pidan el dinero al siguiente. O a Fidel y Raúl Castro. Rajoy, por si acaso, se marchó a la carrera antes de que se le quejase nadie, que más de 45 minutos con el turismo exceden las funciones del aún presidente.

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