Empezaba la semana grande del turismo español con el foro organizado cada año por el lobby sectorial Exceltur, que ha conseguido que su cita se convierta en la fiesta de inauguración de Fitur. En esta edición, aparte de la habitual bienvenida del presidente del Gobierno de turno y los discursos de los gerifaltes de Exceltur y Fitur, se esperaba con mucho interés la intervención del ministro de turismo de uno de los países golpeados con más saña por el terrorismo, Egipto. Pero el ministro no apareció. Hisham Zaazou canceló el viaje en el último momento: su Gobierno ha constituido un gabinete de crisis por amenaza de nuevos atentados. Así está el país. Y así está el sector, que sigue con alarma y preocupación el avance de un terrorismo integrista que, de rebote, llenará Mallorca.

Esa es la doble realidad de la que ayer hablaban los grandes ejecutivos de un sector que está feliz por todo menos por eso. Ni siquiera el llenazo mallorquín resulta balsámico cuando se habla de terrorismo: casi todas las grandes empresas del turismo español (la mitad de ellas baleares) tienen intereses en países tan azotados como Egipto, Túnez y Turquía, que han sufrido algunos de los ataques más sangrientos en los últimos meses. El grupo Meliá es perfecto ejemplo de lo que está pasando, de esa dicotomía de lleno en Mallorca por el terror ajeno, pero preocupación por ello: la cadena de los Escarrer gestiona cuatro hoteles en Egipto, pero se van a quedar solo con dos.

Lo confirmaba ayer el propio consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, que diseccionaba a la perfección el escenario de negocio: "En Egipto dejamos dos hoteles porque está fatal, no hay demanda de viajes a la zona. En cambio Grecia y Croacia están fuertes, aprovechando la debilidad de otros destinos. Y Canarias está lleno. Cuando se ocupen Grecia y Croacia aumentará el trasvase a Balears".

Unidad mundial contra el terror

Así que la temporada balear pinta bien, pero el turismo mediterráneo está herido de miedo, vista la sucesión de atentados cada vez más indiscriminados Por ello, aunque el presidente Rajoy en su discurso de ayer obviase la preocupación general por la seguridad, las principales voces del sector apuntaban directamente a la protección de los destinos como clave para que el sector siga de récord en récord. A ello apuntaba el secretario general de la Organización Mundial de Turismo. Taleb Rifai recordaba primero los más de 50 millones de turistas que ha ganado el mundo en el último año, indicio de que el negocio sigue tendiendo a infinito. Pero ni en el éxito económico hay calma, avisaba Rifai. Al contrario. El terrorismo acogota: "La seguridad ha devenido una enorme enorme [así, doblemente enorme, lo decía Rifai] preocupación para el turismo".

El portavoz del negocio turístico mundial pedía por ello a los poderes públicos que vayan todos a una: "Pese a lo que pretenden las fuerzas de la oscuridad, la globalización nos ha unido e interconectado. Y los países debemos trabajar juntos, unir nuestros servicios inteligencia, nuestras fuerzas de seguridad, para que no haya sitio para el miedo. No debemos enfrentarnos, es lo que las fuerzas de la oscuridad quieren que hagamos. Somos la industria de la ilusión, de lo que conecta a los humanos, la esperanza de la humanidad y debemos luchar juntos", decía poético, mientras sigue el drama.