La situación de las urgencias de los hospitales públicos tiende a normalizarse y ayer se hallaban menos saturadas, admitía UGT, sindicato del que partió la denuncia y que centró en Son Llàtzer el grueso de los problemas con los que se han topado estos días los usuarios de la sanidad pública de Mallorca.

Pese a que el Servei de Salut ya hablaba de una situación "completamente normalizada", admitía que a las tres de la tarde de ayer había veinticinco enfermos pendientes de ingreso en Son Espases, dieciséis pacientes esperando cama en Son Llàtzer, tres en el comarcal de Inca y nueve en el de Manacor, centro sanitario que, como se recordará, el pasado fin de semana tuvo que derivar a cuatro pacientes a los que no podía asistir en condiciones al hospital de Llevant y ayer tuvo que hacer lo propio con otros dos.

Con respecto a Can Misses, en Eivissa, el IB-Salut señaló ayer que esta infraestructura tan solo tenía a dos pacientes pendientes de ingreso mientras que en el menorquín Mateu Orfila no había nadie pendiente de que una cama quedara libre.

También concretaron desde el Servei de Salut que, para atender las 24 camas reabiertas en Son Llàtzer, habían contratado a un total de 21 profesionales, 11 enfermeras y diez auxiliares para afrontar con holgura los tres turnos laborales habida cuenta de que la ratio establecida es de cinco enfermeras y cinco auxiliares por cada doce camas y que, al tratarse de la reapertura de una planta al completo, también fue necesario contratar a una supervisora.

Para poder tener más camas libres en las que alojar a los pacientes de urgencias pendientes de ellas, el IB-Salut admitió que el pasado martes tuvo que anular dos operaciones ya programadas que precisarían de hospitalización posterior aunque ayer no fue necesario adoptar esta drástica medida, precisó. Sí aseguraron que, a cambio, se había potenciado la cirugía mayor ambulatoria que, como su propio nombre indica, no requiere de ingreso.

Y pese a hablar de normalidad, Salud también recordó que el hospital Sant Joan de Déu ha puesto a su disposición un total de cuarenta camas para afrontar estos picos asistenciales, veinte de las cuales ya están siendo utilizadas y otras veinte que fueron habilitadas durante la jornada de ayer.

Por la denuncia

Las cifras que ofreció UGT diferían bastante de las "oficiales", pese a que el sindicato también concedió que la situación había mejorado bastante aunque, interpretó, unicamente a causa de su denuncia pública que desencadenó la apertura de las citadas 24 camas que permanecían cerradas en Son Llàtzer.

Así, este sindicato cifró en 41 los pacientes en espera en Son Espases, trece de ellos instalados en camillas, 21 pendientes de ingreso y otros siete más en la zona de observación. Habló también de que a media tarde de ayer había 35 pacientes esperando en Son Llàtzer, una decena de los cuales estaban precariamente instalados en un pasillo entre urgencias y esterilización y en la zona de ascensores, área que denunciaron que ya se ha convertido en un lugar habitual de asistencia.

También señaló UGT que no menos de veinte pacientes aguardaban en Manacor y 14 en Inca mientras que en Can Misses había siete usuarios en esta tesitura y con la planta de especialidades médicas llena a rebosar.