No se podrá decir que el inicio del juicio por el caso Nóos haya pasado desapercibido. Casi seiscientos periodistas de hasta noventa nacionalidades estaban acreditados para seguir las evoluciones de este primer día de la vista oral, en el que se plantearon las cuestiones previas. Y la mayoría de ellos estaban ahí, como confesaron algunos corresponsales sondeados por este diario, por el morbo que supone ver a un miembro de la familia real española sentado en el banquillo de los acusados.

El redactor Andreas Klinger, de la revista alemana Bunte, el equivalente germano de nuestra ¡Hola!, admitía que se había desplazado desde Madrid, donde desarrolla la corresponsalía de este medio, "porque hoy estaba presente la infanta Cristina, sentada en el banquillo de los acusados".

No garantizaba Klinger que vaya a estar presente cuando el proceso inicie su andadura tras dirimirse las cuestiones previas, a partir del próximo 9 de febrero. "Tan solo vendremos cuando haya declaraciones que afecten a la familia real española, que es lo que nos interesa. Y obviaremos los testimonios más políticos, que no atraen a nuestros lectores", corroboró el redactor alemán.

"La casa real española, con la pareja Felipe y Letizia, es la segunda que más interés despierta en Alemania tras la británica. A continuación, pero ya bastante lejos, nos interesa lo que pasa con las monarquías más cercanas a nuestro país como puede ser la de Suecia y la de Dinamarca", concluía Klinger, que admitía el revuelo mediático desatado en todo el mundo tras la imputación de Cristina de Borbón.

La cadena Al Jazzera para Europa había realizado un gran despliegue. Su corresponsal de Londres, acompañado de un cámara y de la productora Marta Herrero desplegaban su actividad para hacer directos y crónicas de un juicio al que esta cadena de televisión prestó mucha atención desde la fase de instrucción.

Aiman Zoubir, redactor del canal en árabe de este misma cadena televisiva, también se encontraba en la multirracial sala de prensa de la EBAP por los mismos motivos que la mayoría de los periodistas. "Para los países árabes en general, el hecho de ver a un miembro de la familia real sentado en el banquillo de los acusados es, en definitiva, una lección de lo que significa la palabra democracia y desde luego que es algo que es muy difícil que pasara con nuestras monarquías", resaltaba.

El cámara de la cadena de televisión mexicana Televisa también justificaba su presencia en que para su país también es importante el hecho de que "una hermana y una hija de un Rey se siente en el banquillo de los acusados. Aunque", bromeó, "quizá haya perdido un poco de interés tras la captura del Chapo Guzmán".

Francesco Olivo, del periódico turinés La Stampa, también justificaba su asistencia por la presencia de la infanta Cristina en el banquillo y "por la corrupción de las Administraciones Públicas, un asunto que también interesa mucho en Italia donde hemos tenido bastantes casos de este tipo".

"Además somos muy sensibles a lo que pasa con la familia real española, no en vano el rey Juan Carlos nació en Roma. Nuestro público quiere saber si estamos ante un caso de una mujer equivocada por amor o si era consciente de la trama de desvío de fondos públicos. También está interesado en conocer la respuesta a la gran pregunta que no es otra que cuál era el papel de su padre, el rey Juan Carlos, en este asunto", concluyó.