"Lo que llama poderosamente la atención en esta noche es que los escasos pacientes que nos llegan lo hacen a partir de la una de la madrugada y se trata de casos en los que las personas están fatal, no pueden aguantar más. Pero entre las once y media de la noche y la una de la madrugada esto es un desierto", revelaba el pasado día 31 Sandra Guiu, jefa de sección del servicio de urgencias de Son Espases, una de las principales características de la asistencia hospitalaria de emergencia en la noche que despide un año y da la bienvenida al siguiente.

"Entre las once y media de la noche y la una de la madrugada parece que se para el mundo", confesaba la facultativa especialista que, no obstante, admitía que no se trata de una situación muy diferente a la que viven en estos servicios de urgencias durante la celebración de un trascendental partido de fútbol, comparó Guiu.

Sin dispositivo especial

"Los pocos pacientes que nos llegan lo hacen en muy mal estado. Esperan como pueden hasta la una de la madrugada y luego vienen a consultar", explicaba la jefa de sección, que añadía que por el volumen de trabajo similar al que tienen durante un día normal de fin de semana el servicio de urgencias de Son Espases no había previsto ningún dispositivo especial ni un refuerzo de personal para afrontar la jornada.

"Tradicionalmente, el trabajo de verdad llega durante la mañana del primer día del año, cuando comenzamos a atender las primeras intoxicaciones tanto por alcohol como por drogas aunque, repito, no en mucho mayor volumen que un día normal de fin de semana", continuaba Sandra Guiu.

Lo que quiso dejar bien claro esta especialista es que cualquier noche de verano, con los turistas emborrachándose sin mesura en zonas como Magaluf, es bastante peor a nivel asistencial que la noche en la que más gente está en la calle celebrando la entrada del año nuevo. La diferencia estriba, recalcó, en que los pacientes en estos meses son mayoritariamente autóctonos.

La facultativa señalaba que, tras las intoxicaciones etilícas matutinas, a partir del mediodía suelen llegar los primeros pacientes con problemas respiratorios. "Se trata de enfermos de mediana edad, de entre 55 y 60 años, con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) u otras patologías de base", detallaba antes de añadir que en esta franja de la jornada también se suelen asistir otros episodios asociados a las fiestas como gastroenteritis, diarreas y vómitos.

También concretó que, en este año en concreto, por las elevadas temperaturas que se están registrando en estos inicios de la estación invernal, la asistencia de las patologías respiratorias está muy por debajo de otros ejercicios en los que el frío ya está instalado. "Sí, el personal que trabaja en Nochevieja suele tener una jornada tranquila y suele tomar las uvas sin sobresaltos", comentó la especialista.