Era el último pleno de este 2015, farragoso por tratar de enmiendas a los presupuestos, y había prisa por acabar antes incluso de que empezara. En eso que a media mañana corrió la noticia como la pólvora: "¡Ha tocado el Gordo a una diputada del PSOE de Eivissa!" En realidad no fue el Gordo, sino un segundo premio, y los agraciados eran dos y no uno solo: la diputada Silvia Limones y el asesor de la conselleria de Presidencia Marco Guerrero, ambos socialistas.

Los dos se encontraron en la sala de los Pasos Perdidos y se abrazaron, muy contentos, mientras recibían las felicitaciones de compañeros y rivales políticos.

"Al PSOE le toca la pedrea", o "el PSOE le cae el segundo" -después de ser relegado a tercera fuerza política de Balears- fueron algunas de las bromas que empezaron a circular por los pasillos, a cuenta de la debacle socialista el pasado domingo en las generales.

En el hemiciclo, Limones subía al estrado con el premio en el bolsillo para hablar de depuradoras y de presupuestos escasos de euros, aunque sus compañeros de partido eran los encargados esta vez de ponérselo difícil: primero aplaudían su paseíllo, antes de gritar desde la bancada que brindase con "whisky", en vez de aclararse la garganta con agua entre frase y frase. Luego llegaba Biel Company, exconseller de Medio Ambiente del PP, que tiraba de humor para sugerirle que destinase el premio a pagar depuradoras y cuadrar el presupuesto. El del PP arrancaba la risa de propios y extraños, como luego hacía la propia Limones en el inicio de su contrarreplica: "Señor Company, mejor no mezclemos cosas". Luego volvió a la política antes de irse a casa bien entrada la noche a celebrar los 120.000 euros, "la hipoteca", como le sugería una compañera del PSOE.