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Economía

El Govern negocia con la banca alemana para refinanciar la deuda

Tratan de rebajar los costes de los créditos actuales, ante las dificultades para conseguir que los bancos nacionales mejoren las condiciones Balears lleva sin poder recurrir al extranjero desde 2007

La consellera de Hacienda, Cati Cladera, busca opciones para rebajar el coste de financiación de Balears.

Alemania, el país que más sospechas sembró sobre la viabilidad y solvencia de las comunidades autónomas españolas, podría convertirse pronto en uno de los socios financieros del Govern balear. Según confirman en el Ejecutivo presidido por Francina Armengol, el Govern está negociando con dos grandes entidades bancarias alemanas para refinanciar parte de los 8.000 millones de euros de deuda que pesan sobre las cuentas de la comunidad. Las operaciones en marcha supondrían el final del aislamiento financiero de las islas, que desde que estalló la crisis bancaria mundial en 2008 han tenido cerradas las puertas de los mercados internacionales. Aunque en el Govern no niegan el "aldabonazo" a las cuentas públicas que supondría la recuperación de la confianza extranjera, recalcan que no es el simbolismo de ese cambio de escenario lo que se persigue, sino un objetivo mucho más prosaico y urgente: rebajar el coste de financiación de la deuda balear, por la vía de reducir los intereses que se pagan por el dinero y alargar los plazos de amortización.

Los contactos están en una fase muy inicial, subrayan las fuentes citadas. Se ha hablado ya con dos entidades, Helaba (Landesbank Hessen-Thüringen) y Deutsche Pfandbriefbank (PBB). Con esta última, filial del gigante Hypo Real State, ha habido una reunión más de detalle, aunque en el Govern insisten en que los contactos están aún lejos de fructificar. Dos son las cuestiones que hacen dudar a los bancos germanos. Primero, que en el escenario actual, y con el Estado español financiado al 0% a las comunidades autónomas (a través del FLA, el fondo de rescate autonómico), la rentabilidad de financiar a una comunidad como Balears es baja, el euríbor y muy poco más de diferencial. Y segundo: la deuda balear es tan elevada que da vértigo a cualquier entidad, y más en el escenario de inestabilidad política e incertidumbre económica alimentado por el terrorismo yihadista y el conflicto armado con el ISIS en Siria.

Pero la opción existe y sobre ella se trabaja. En el caso del PBB, facilita los contactos el hecho de que la entidad acabe de firmar un acuerdo financiero con el Consell de Mallorca, que ahorrará 1,7 millones de gastos financieros con una operación que concentra en el banco alemán cinco pólizas de crédito por valor de 41 millones con entidades españolas. Aunque la financiación del endeudadísimo Govern es más complicada que la de un Consell sin tantas cargas crediticias. Y más con tan poca rentabilidad en el horizonte. De ahí que las entidades alemanas estén valorando las operaciones, más allá de los números, como una oportunidad para entrar en el escenario financiero balear.

Más competencia bancaria

En él hay cada vez más agentes, algo que agradecen tanto en el sector público como en el privado. Tanto empresas como instituciones han sufrido en los últimos años las consecuencias del final de la fiesta bancaria. El estallido de 2008 ha borrado del mapa a más de la mitad de los bancos presentes en la isla, hoy concentrados en grupos cada vez más grandes, mientras el mercado se prepara para una nueva oleada de fusiones bancarias.

En ese contexto, y con las entidades más concentradas en su supervivencia que en hacer negocio dando crédito, el anterior Govern se vio ante una única salida para conseguir el dinero con el que pagar el funcionamiento de la administración balear: recurrir al citado fondo de rescate creado por el Gobierno Rajoy, que hasta 2014 se negó en redondo a autorizar a las comunidades a que se endeudaran con entidades extranjeras. "El FLA es una herramienta muy buena para las comunidades, que tienen dinero barato, pero muy delicada para los gobiernos autonómicos, que ven reducida su autonomía", analiza un alto cargo del anterior Govern, presidido por José Ramón Bauzá (PP). En el departamento de Hacienda de la etapa Bauzá se llegaron a plantear buscar opciones como la alemana, aunque se descartó por su coste.

Hoy el contexto es diferente. El dinero barato con el que el Banco Central Europeo ha regado a las entidades financieras hace que los bancos vuelvan a pelearse por financiar. Incluso cuando se trata de financiar a ese demonio indigno de confianza que eran hasta hace nada las autonomías españolas. De ahí los movimientos del Govern, que también lo ha intentando con los bancos españoles de siempre. Así han conseguido "reconducir" alguna operación, explican en el Govern, aunque en general los ha encontrado más o menos igual de rígidos que siempre: aceptan hablar de ampliar los años para devolver lo que se debe, pero están cerrados a la posibilidad de bajar los tipos de interés en vigor, más suculentos para ellos que para las arcas públicas.

Mercados cerrados

Por eso se explora la opción alemana. Por eso y porque aún no ha llegado el momento de que las comunidades puedan emitir deuda por su cuenta. La última vez que se hizo fue hace más de seis años, con Francesc Antich (PSIB) como presidente y Carlos Manera como conseller. Desde entonces, simplemente, no es posible. Simplemente no sería rentable acudir al mercado y emitir deuda en las condiciones de solvencia de Balears, cuya calificación crediticia es BB-, muy por debajo del nivel considerado por los inversores bono basura. "No se puede. No lo hacen Euskadi o Navarra, con un rating de A (solvente), como para hacerlo aquí", recalca un portavoz de la conselleria de Hacienda del Govern, en la que son conscientes de que están atrapados por un contexto que solo da dos salidas para financiarse: renegociar parte de la deuda con los bancos que acepten hacerlo o seguir recurriendo al mecanismo estatal, que es barato pero somete al Govern a la vigilancia y a las exigencias que quiera marcar el Gobierno de Madrid, hasta el 20 de diciembre en manos del PP.

Ese escenario global y local es el que alumbra la paradoja de que la misma Alemania que sospecha de las autonomías españolas sea hoy una de las mejores opciones de financiación para las cuentas públicas baleares.

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