Siete auxiliares de seguridad de la UTE Mevisa USM que prestaban su servicio en el hospital de Son Llàtzer hasta el pasado 4 de diciembre se encuentran en estos momentos en un "limbo laboral" al haber dejado de realizar la contrata su empresa por los reiterados impagos del Servei de Salut, empresa pública que, como admitió el director gerente de Son Llàtzer, Francesc Marí, adeudaría al grupo de seguridad una cantidad superior a los 124.000 euros.

Y los trabajadores se hallan en esta especie de "limbo" porque, pese a haber dejado de trabajar el pasado día 4, no han sido formalmente despedidos por Mevisa USM ya que este grupo opina que estos empleados deberían ser subrogados por el IB-Salut a la empresa que les ha sustituido. El máximo responsable de esta UTE reveló que su grupo llevaba prestando los servicios de vigilancia y auxiliares sin tener un contrato vigente con la Administración desde enero de 2013. A partir del 31 de enero de este año dejaron de prestar labores de vigilancia pero continuaron con las tareas auxiliares hasta que, ante las cantidades que les adeudaba la Administración -cinco mensualidades de 2014 y tres de este año- decidieron suspender su contrata el pasado día 4.

El IB-Salut, por su parte, sostiene que no están obligados a subrogar a los empleados y, mientras se dirime este conflicto, los principales perjudicados son estos siete empleados que en estas fechas están en el paro sin finiquito ni indemnización y sin posibilidad de tramitar un subsidio.