El futuro de Javier Salinas como obispo de Mallorca se decide en el Vaticano previo paso por Madrid. En el momento actual, la continuidad del prelado en la diócesis mallorquina se determinará en función del impacto y las repercusiones de la polémica que protagoniza. Un cardenal canadiense, Marc Ouellet, de perfil conservador y que fue papable en su día, tiene sobre su mesa el expediente que afecta al máximo responsable de la Iglesia de Mallorca.

Ouellet, edad similar a Salinas, es el prefecto de la Congregación para los Obispos, la encargada de tratar todos los asuntos relacionados con el episcopado. El nuncio de la Santa Sede en España, el portugués monseñor Renzo Fratini, fue el primero en recibir la denuncia del mallorquín Mariano de España, sobre la supuesta relación extramatrimonial de su esposa Sonia Valenzuela con el obispo Salinas. El nuncio dio traslado al organismo que preside el cardenal Ouellet, con quien probablemente se reunió personalmente Salinas la semana pasada en el Vaticano. Fratini también hace ahora un exhaustivo seguimiento del impacto mediático del caso y valorará sus consecuencias, para informar al purpurado.

Tras haberlo negado los primeros días, el viernes el propio obispo tuvo que reconocer que su viaje a Roma entre el miércoles 2 y el sábado 5 de este mes sí fue para dar explicaciones sobre su relación con su antigua secretaria, y no solo para tratar sobre "temas patrimoniales", como había sostenido en un comunicado oficial del Obispado.

Javier Salinas confesaba a los periodistas en el seminario nuevo de Palma que fue convocado "por la Congregación de los Obispos", y justificó haberlo ocultado porque desde dicho dicasterio "me impusieron silencio sobre este tema", aseguró. Salinas no desveló si su interlocutor fue el propio purpurado o habló con otros jerarcas. En cualquier caso, ninguna medida que deba afectarle puede tomarse sin que el cardenal Ouellet participe en la misma. La última palabra la tendrá el Papa Francisco, como siempre ocurre cuando un obispo se ve envuelto en polémicas.