La finca "Es Crever" de Marratxí, que disponde de 32 hectáreas de suelo rústico, fue uno de los solares que fue objeto de un pelotazo urbanístico. Esta finca, inicialmente, la compró el empresario Vicente Grande. En realidad no la compró. Solo hizo una opción de compra y fijó un precio. La compra efectiva la realizó cuando recibió la oferta de su teórico competidor, el contructor Mateo Sastre, dueño de Ibercon, que le ofreció unos 40 millones de euros. Grande pagó los 10 millones que había acordado con el dueño y en una operación obtuvo una ganancia de 30 millones. Los dos empresarios del sector del ladrillo fueron llamados a declarar como imputados ante el juez que investigaba la querella presentada por la fiscalía Anticorrupción, al sospechar que se había producido un tráfico de información privilegiada, como demostraba que estas fincas se habían comprado poco antes de que se aprobara el PTM. El caso, finalmente, fue archivado por falta de pruebas.