El obispo de Mallorca, Javier Salinas, admite la existencia de una denuncia contra él ante la Nunciatura interpuesta por el marido de una excolaboradora suya. “Los hechos están ahí, otra cosa es cómo se interpreten”. Monseñor considera que no "hay que esconderse" tras la polémica suscitada por las informaciones publicadas por Diario de Mallorca porque "no tengo nada que ocultar, ya que en ningún momento he tenido la conciencia de haber actuado contra la Doctrina de la Iglesia".

Javier Salinas ha tratado de hacer frente a la polémica en los micrófonos de la cadena Cope. El obispo ha admitido que existe una denuncia contra él por romper un matrimonio. El denunciante, esposo de la que hasta hace poco ha sido su secretaria de Relaciones Institucionales, contrató a una agencia de detectives para hacer un seguimiento a su mujer y envió el informe resultante al obispado, al nuncio e incluso al Vaticano. Se trata de ocho folios acompañados de fotografías y facturas en las que constan llamadas de la secretaria al obispo a horas intempestivas.

"Los hechos están ahí", ha admitido Salinas, "otra cosa es cómo se interpreten". Así, explica que las fotografías "no dicen nada" y las llamadas "respondían a temas del trabajo. Además, yo siempre las recibí, nunca la llamé yo". Insiste en recordar que todo son "indicios, pero no se puede sacar ninguna conclusión".

La mujer con la que se le relaciona era su secretaria de Relaciones Institucionales. "Es una persona muy profesional que ha cumplido muy bien su papel". Entre otras misiones, Monseñor ha explicado que la secretaria le acompañaba a actos de carácter laico, aunque en dos ocasiones lo hizo en dos eclesiásticos. Algo que sus compañeros de clero desaprobaron por lo que decidieron limitar sus apariciones juntos a "eventos civiles". "Parece que cuando una mujer toma la iniciativa, no se ve con buenos ojos" dentro de la Iglesia, ha dicho.

La relación laboral entre ambos acabó con la denuncia. "Ella decidió renunciar para dejar bien claro cuál era su postura. A mí me supo mal, pero lo entendí perfectamente", ha detallado Salinas, al tiempo que ha querido "agradecer el trabajo que ha hecho este mes y pico".

Sobre su viaje al Vaticano reitera lo dicho por el obispado en el comunicado enviado a los medios ayer. "Estuve en Roma tratando temas patrimoniales, que nada tienen que ver con todo esto".

Salinas se apoya en el mensaje de "calma" que le ha transmitido la Nunciatura para afrontar esta situación que le mantiene "en estado de shock". Por ello, considera "importante en este momento que yo salga a dar una palabra" ya que "pienso en mi pueblo, que no puede perder la confianza en su pastor". Se reafirma en que no hay nada en su conciencia que le impida seguir adelante con su misión por lo que seguirá al frente del Obispado de Mallorca "en el año de la Misericordia". Aunque recordando que "siempre estoy a disposición de la Santa Sede porque solo soy un obispo más".