Vivimos un momento de gran libertad sexual. Existen hasta aplicaciones que ponen en contacto a las personas interesadas. Cogen su móvil, encienden la 'app' y logran un encuentro sexual de una forma rápida y fácil. Y sin embargo, el consumo de prostitución no baja e incluso se detecta un incremento entre la población joven. El número de hombres que acuden a la prostitución sigue siendo muy elevado: según el último estudio del CIS, un 24% de los hombres ha pagado al menos una vez en la vida por tener sexo. ¿Quiénes son, cómo son, por qué lo hacen?

Julia Gallo, vocal de Prostitución en Médicos del Mundo, cree que ha llegado el momento de empezar a poner el foco sobre el cliente ya que hay mucha literatura sobre las personas que ofrecen servicios sexuales, pero muy poco sobre los que los demandan.

A través las sesiones con prostitutas que organizan en Médicos del Mundo, donde hablan de sus cosas y situaciones cotidianas, y de sus entrevistas durante la noche, Gallo ha ido resumiendo los perfiles más predominantes que describen estas mujeres, que a su vez coinciden con los que se narran en un libro de reciente publicación: El putero español. Según este volumen, hecho a partir de estudios y entrevistas a clientes, existen cuatro perfiles: misóginos, 'amigos', los mercantilistas, y 'críticos.

Los misóginos

Sobre los primeros, Gallo destaca que de cierta forma creen que todas las mujeres -sus novias, sus esposas...- mantienen relaciones sexuales por un interés económico y material. Estos clientes defienden que les es más fácil y cómodo ir a la prostitución, pagar y obtener satisfacción que tener que mantener una relación de pareja: "Ven la prostitución como algo muy fácil, sin compromiso, inmediato y con variedad de elección".

Pero en un momento de libertad sexual como el actual, no es la inmediatez ni la falta de compromiso lo único que buscan los hombres en la prostitución, apunta Gallo. ¿Qué falta? La sensación de dominación como supuesta manera de demostrar la masculinidad: "No pagan por el orgasmo, pagan por esa exhibición de masculinidad, de 'yo soy el poderoso". Es un perfil que critica las políticas de igualdad al creer que "erosionan" su virilidad.

Los mercantilistas

Hay otro perfil más joven, el de los clientes mercantilistas, en el que se da una curiosa paradoja, señala Gallo: "Aunque se relacionan con amigas y con su pareja en términos de igualdad y lo tienen más asumido, también compran servicios de prostitución". Muchos son jóvenes, guapos, tienen estudios universitarios y pareja: ¿Por qué lo hacen entonces ?

Hay varios motivos, pero el principal es el hedonismo y el consumismo. Es algo que aunque saben en su interior que no acaba de estar bien, lo hacen igual al tomárselo como una transacción más, como adquirir el último modelo de Smartphone o comprar un jersey de determinada marca, pese a la sospecha de que ha sido fabricado por mujeres y niños en condiciones de explotación.

Estos clientes aducen también que es algo tradicional y "casi inevitable"; que constituye un rito de paso y en muchos casos también un método de socialización (ser aceptado en el grupo).

Los 'amigos'

Las autoras del libro -Águeda Gómez, Silvia Pérez y Rosa María Verdugo- describen otro perfil como el de 'los amigos'. Julia Gallo señala que estos son amables con las prostitutas, empatizan con ellas, pero consumen sexo de pago igual.

De nuevo, aparece la contradicción moral. "En algunos casos establecen una relación afectiva", describe Gallo, "y muchas veces suelen frecuentar a la misma mujer".

A raíz de este grupo, la colaboradora de Médicos del Mundo ha notado que entre las jóvenes se ha creado una suerte de "mito de Richard Gere", de príncipe azul que las sacará de la prostitución. En este grupo también están los que acuden a la prostitución no para mantener relaciones sexuales, sino simplemente para hablar. Pagan para que les escuchen. Pagan por afecto más que por sexo.

Entre este tipo de clientes, se da una circunstancia curiosa: suelen asegurar que son muy buenos amantes y que se esfuerzan para que ellas también disfruten de la experiencia y sientan placer. Por ejemplo les practican sexo oral, "algo que ellas no suelen querer" según ha hablado Gallo con algunas de ellas. Pese a ello, las prostitutas suelen hacer creer a todos los clientes que son amantes excepcionales.

Los críticos

El último perfil: los críticos. Son hombres que han sido clientes, una o varias veces, pero que se arrepienten. Ahí entran también los que han ido como rito de paso y por la presión del grupo, por encajar, porque todos lo hacen.

Los clientes críticos son los menos frecuentes. Son de los que admiten ser conscientes de que nadie ejerce la prostitución voluntariamente y que muchas chicas son víctimas del tráfico de personas.

Gallo destaca que es muy difícil saber el número exacto de mujeres que ejercen la prostitución y determinar si está aumentando o descendiendo el consumo. Las cifras varían según la temporada y además la prostitución se ofrece ahora a través de nuevos canales a los que las ONGs tienen difícil acceso. Hay diferentes estudios y estimaciones muy variadas.

Los datos

Según el informe que la doctora Gabriela Malgeseni hizo en 2006 con una subvención del Gobierno para evaluar el impacto de una posible regularización de esta actividad, en Balears hay 1.995 prostitutas: 693 en clubs urbanos; 545 en clubs de carretera; 670 en pisos y 87 en la calle.

El año pasado Médicos del Mundo atendió a 1.623 personas que ejercen la prostitución: una inmensa mayoría de mujeres (1.509), además de 65 hombres y 48 transexuales. La cifra representa un descenso del 12% respecto al año anterior y está lejos de las casi 2.000 que contabilizó Malgeseni, pero, ¿significa eso que hay menos prostitutas o que ha descendido el consumo de prostitución?

La demanda

Por un lado, la ONG razona que la crisis económica en España también puede haber afectado a la compra de sexo. Pero por otro, lo que puede pasar es que ahora estén llegando a menos mujeres por la "deslocalización", por las nuevas formas de oferta y de demanda ya que muchas mujeres están ejerciendo a través de espacios a los que es más difícil acceder, como las que ofertan sus servicios por internet o las que trabajan en algunos locales que bajo la apariencia de ofrecer masajes en realidad ofertan otra cosa.

El año pasado Médicos del Mundo realizó 156 salidas en Mallorca para acercarse a las chicas, tanto a las que trabajan en la calle como a las que están en pisos o clubes. En Palma suelen visitar las zonas de Sa Gerreria, calle Manacor, el Hipódromo Son Pardo, la Porta de Sant Antoni y Platja de Palma, además de ir hasta Punta Ballena. Han accedido además a 41 clubs (24 en Palma y 17 en Part Foranta) y 34 pisos (27 en Palma y 7 en Part Forana) en los que se ejerce la prostitución.

La mayoría de mujeres que atiende está ONG proceden de Sudamérica o Centroamérica, principalmente de Brasil, Colombia y República Dominicana. Un 27% llegan desde países de Europa del Este (sobre todo de Rumanía y Bulgaria); un 21% son naturales de África Subsahariana (la mayoría de Nigeria) mientras que un 14% son españolas.