Este año en noviembre había los mismos parados que hace un año en octubre. Así que la isla le ha ganado un mes al invierno, alargando la temporada alta, un hecho que se plasma donde más preocupa a la mayoría de los ciudadanos: en los datos de empleo. Según la información oficial del Gobierno central y el Govern balear, en las islas trabajaron de media en el mes de noviembre 386.597 personas, 18.225 más que hace un año en las mismas fechas. Eso supone un crecimiento del número de trabajadores del 4,5%, el mayor incremento registrado en todo el territorio nacional.

El avance alimenta la teoría del anterior Govern del PP y del actual Ejecutivo del PSOE y Més, que coinciden en afirmar que la creación de empleo está asentada en las islas. Y es fuerte. Un hecho lo deja claro: en 2015 se ha vuelto a cifras de empleo otoñal similares a las de antes de la crisis, con el mejor noviembre desde 2008. No puede presumir de lo mismo el resto de España, donde hay hoy menos gente trabajando que en noviembre de 2011, justo un mes antes de la llegada del PP de Rajoy al poder.

Aunque el hecho de que el invierno laboral se atrase en las islas no evita que el invierno exista. Y que sea duro para el empleo. Balears cerró noviembre con 68.000 personas menos trabajando que en octubre, un desplome del mercado de trabajo que certifica lo que se observa desde hace un par de semanas en casi todo el litoral balear: la temporada, con sus negocios llenos y sus plantillas a mil por hora, se ha acabado. Y su final es dramático para el empleo.

Eso no solo se observa en los datos de trabajadores con trabajo: también se ve en las listas de apuntados al paro. Balears cierra noviembre con un total de 77.187 desempleados, un 8,45% de caída respecto a hace un año (7.124 parados menos que en noviembre de 2015), pero 9.843 más que en octubre. ¿Cómo es posible que en un mes se esfumen 68.000 empleos y solo afloren 10.000 parados más? Pues porque la mayoría de los que desaparecen del mundo del trabajo en este final de temporada son fijos discontinuos, dice el conseller de Trabajo del Govern, Iago Negueruela. Y sobre todo, aunque esto no lo dice el Govern, pero sí los sindicatos, el desfase entre caída de empleados y aumento de parados se explica en que muchos de los que se caen del mundo del empleo lo hicieron a finales de mes, con lo que aún están tramitando su inscripción en el registro de parados.

Con todo, se llega a una situación que es pura contradicción, aunque tiene explicación: en la comunidad que más empleo creó este noviembre respecto al año pasado, Balears, crece más el paro en noviembre respecto a octubre que en ningún otro lugar. De hecho, el aumento mensual del paro es del 14%, pero esta vez ser líderes en subida del desempleo no es tan mala noticia como otros años. ¿Razón? Una muy triste: en otras comunidades turísticas el incremento fuerte del paro fue un mes antes, en septiembre, porque la temporada de verano se les acabó más pronto.

Precariedad

También mejora la calidad del empleo, afirma el Govern, que presume de que sus campañas de persecución de la contratación a tiempo parcial de personas a las que luego se obligaba a hacer jornadas completas, está detrás de que nueve de cada diez nuevos empleos sean a tiempo completo. "Estamos creando empleo neto y a tiempo completo: esto es lo que defendimos al llegar, que no podía ser que se crease empleo solo a tiempo parcial", recalcaba ayer Iago Negueruela. El conseller sin embargo obviaba en su presentación oficial un dato que describe la persistencia de la precariedad: de 30.661 contratos firmados en noviembre, 26.835 fueron temporales, la mayoría de menos de quince días de duración. Y eso es un 87% de contratación con fecha de caducidad. Preguntado al respecto, Negueruela asumía el dato. Y el reto: "Hemos logrado que la contratación temporal baje, pero sigue siendo alta, por eso vamos a cambiar políticas de inspección, porque sigue habiendo uso fraudulento de contratos temporales", avisaba el conseller, que tras cargar en verano contra los falsos empleos a tiempo parcial, ahora le pone la proa a las empresas aficionadas a forzar a sus plantillas a encadenar contratos de corta duración y menos derechos.