Luis Rodríguez Toubes guardó silencio ayer instantes antes de que ayer quedara visto para sentencia el juicio por la presunta estafa cometida contra el matrimonio de Llucmajor. Rechazó su derecho a la última palabra. Sin embargo, ya en la calle, y acompañado de su abogado Laureano Arquero, se mostró satisfecho por el desarrollo del juicio. "Confío en el Código Penal", fue la única frase que se atrevió a decir, si bien a continuación su abogado tuvo que rectificarle para aclarar que "confiaba en la justicia".

Este juicio se ha prolongado durante seis jornadas y la última, celebrada ayer, se dedicó únicamente a escuchar los informes de los abogados Jaime Riutort y Miguel Arbona. El primero representa al constructor de Llucmajor al que "Luisito" le permutó, el mismo día que consiguió la donación, una casa situada en primera línea de ses Covetes, en Campos, por tres locales comerciales ubicados en s'Arenal. Arbona, por su parte, defiende a la madre del joven de Llucmajor, que también está acusada debido a que dos de las fincas que fueron donadas por el matrimonio se inscribieron a nombre de esta mujer.

Jaime Riutort, que defiende a su cliente únicamente de la acusación particular (la fiscalía no acusa), no se cree la versión de las víctimas, en el sentido de que creían que la operación de la donación de las fincas iba a ser una simulación. El letrado recordó las altas cifras económicas, de más de un millón de euros, que la pareja movió a través de los negocios que con anterioridad realizó tanto con Luis como con su madre, en la permuta de unos bienes. Por ello, sostuvo que no se podía aceptar la afirmación de que no eran conscientes de lo estaban haciendo cuando firmaban, ante tres notarios distintos, las escrituras de donación. "No son una pobre gente desvalida. Son personas que han sabido manejar mucho dinero", resaltó el abogado. "Nadie puede creerse que cayeran en una trama. Si en realidad iba a ser una simulación, es imposible que no dijeran nada ni a los notarios ni a los abogados. Yo digo que sabían muy bien lo que estaban firmando". Riutort se centró en la figura de Luis Rodríguez Ramos, al que acusan de urdir un plan para engañar a la pareja. "Aunque la acusación diga que es el pícaro del siglo XXI, en realidad no tiene categoría ni para ser el pícaro de su barrio". El letrado, al defender la operación que realizó su cliente, recordó que no era la primera vez que Luis le ofrecía permutar una finca. "Siempre hablaba en nombre de terceros". En su informe, afirmó que no es cierta la valoración que realizó el perito de la acusación, que señaló que la finca permutada cuesta un millón y medio de euros, aunque al constructor apenas pagara 250.000 euros. El letrado afirmó que se trató de una valoración exagerada. "El porqué querían donar es irrelevante. Lo que ocurre es que pretendían que Luís siguiera a su lado y cuando le donaron todas sus fincas, el joven se fue y les abandonó. Después se inventan que les ha engañado".

"No se que pasó"

El abogado Miguel Arbona, que representa a la madre de Luis, inició su informe confesando que no sabía lo que había pasado para que esta pareja cediera todo su patrimonio a Luis, pero tenía muy claro "que no hubo engaño". Y para ello, recordó que ninguno de los tres notarios que firmaron las escrituras "detectaran que les estaban engañando", cuando todos ellos advirtieron a los donantes que esta decisión suponía la pérdida de todo su patrimonio, además de una fuerte carga tributaria. "No se puede acusar a los tres notarios de ser unos irresponsables. No me creo que si hubieran visto al marido como lo hemos visto nosotros en esta sala, ningún notario hubiera firmado una sola escritura. Si firmaron es porque no tenían enfrente a una persona incapaz. Ambos entendieron muy bien las consecuencias de la donación", resaltó el abogado.

También incidió el letrado que no era la primera vez que el matrimonio acudía a un notario para realizar una operación sobre bienes inmuebles. Recordó que todo el patrimonio que amasó la pareja procedía, bien de herencias o de donaciones. Por ello, la defensa insistió en que, pese a la descripción que había realizado la psicóloga, los dos denunciantes entendían muy bien el lenguaje que el notario utilizó con ellos y conocían con toda claridad las consecuencias que iba a suponer la escritura de donación. "Habían sido capaces de entender antes operaciones mucho más complejas, como puede ser un usufructo, una cesión a cambio de alimentos o una hipoteca de cantidad variable. Además, saben utilizar dinero negro. Sin embargo, ante el tribunal se han presentado como dos personas desvalidas, que confunden euros con pesetas". En esta misma línea de ataque a la credibilidad de los denunciantes, el abogado de la madre de Luis Rodríguez Toubes insistió en que el joven "no se esconde de nada y es lo que representa. Por lo que de esta forma se presentó en las notarias, acompañado del matrimonio, sin esconder nada". También Arbona aseguró que la madre de Luis no ha tenido ningún beneficio con esta operación. Dijo que la mujer se convirtió "en un mero recipiente", ya que fue su hijo utilizó una cuenta bancaria de su madre para ingresar los talones que le entregó el matrimonio, pero que ella no cobró el dinero, sino que lo hizo su hijo, por lo que no se la puede acusar a título lucrativo.

Aunque ayer no intervino la acusación, cabe recordar que la fiscal solicita una condena de cuatro años de prisión para el joven, al que acusa de apropiación indebida. Al mismo tiempo, también reclama al tribunal que declare la nulidad de las escrituras firmadas por los tres notarios, lo que permitiría que los denunciantes pudieran recuperar su patrimonio valorado en unos 40 millones de euros. La fiscal se sintió ayer molesta con las miradas que le dedicó el joven acusado.