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El 'food truck' de la tecnología llega a Palma

La furgoneta-laboratorio de Circolab ha pasado por Mallorca para que los ciudadanos se acerquen a la tecnología y la hagan suya combinándola con arte y diseño a base de mucha creatividad

"Tenemos en el bolsillo un aparato que tiene más potencia que el ordenador que envió a los primeros hombres a la luna... y prácticamente sólo lo utilizamos para mandar Whatsapps", razonaba Víctor Díaz la semana pasada en el instituto Francesc de Borja Moll: "Y me da un poco de rabia", añadía. Por ello, el director de Circolab proponía a un grupo de alumnos el reto de hacer un "hackeo creativo" de sus móviles. El primer paso del proceso fue hacer una lluvia de ideas apuntando lo que se les ocurriera en servilletas de papel. Creatividad sin filtros.

Así empezó el taller de Circolab con los alumnos de FP de grado superior de Desarrollo de Aplicaciones Web y de Aplicaciones Múltiples. ¿Qué es Circolab? Una especie de 'food truck' tecnológico, un laboratorio itinerante armado en una furgoneta -con impresoras 3D, cortadora láser, dobladora de varillas...- que lleva la tecnología a la gente, para que todo el mundo -de la abuela de 80 años al nieto de 10- se sienta capacitado para crear cosas con ella, que no vean los dipositivos tecnológicos como ciencia ficción. Además, el espíritu es tratar esa tecnología no de forma aislada, sino en combinación con las artes y el diseño (por eso llevan hasta máquinas de coser).

"El perfil del equipo de Circolab es muy variado", explicaba Ana Enrich, miembro del equipo, "porque se busca esa mezcla de disciplinas y acercar la tecnología a diferentes entornos". Los cinco miembros que participan en este proyecto de la empresa BQ llevan dos meses girando por toda España. Además de en el Borja Moll, en Palma recalaron en el IES Juníper Serra y también instalaron su chiringuito en el campus de la UIB.

David Gelpi, profesor del Borja Moll, solicitó a Circolab que impartiera este taller de seis horas de duración para conocer de primera mano la Metodología Steam (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas), el 'crear para aprender'. "Quería ver si es realmente algo novedoso y en qué se diferencia de la metodología tradicional", razonaba, momentos antes que empezara esta actividad a la que asistieron, de forma voluntaria, unos 30 alumnos, además de varios profesores. "Además, el taller servirá a los estudiantes para coger ideas para su proyecto", apuntaba Gelpi.

A los estudiantes de este instituto, con conocimientos de programación, Circolab les planteó un reto diferente al que propusieron, por poner un ejemplo, a los vecinos de Almendralejo cuando aterrizaron en su plaza o las presas de una cárcel de la península por la que pasaron. Todas las actividades son diferentes. En el Juníper Serra, los estudiantes de 3º y 4º de ESO y los de 1º de Bachiller conocieron los "secretos de la tecnología" mientras que los alumnos de ingeniería y de ciencias de la Universitat pudieron experimentar con el diseño 3D, modelado y displays.

¿Por qué una empresa lanza un proyecto educativo-tecnológico itinerante así? Según narra Enrich, BQ fue creada por unos universitarios españoles que inventaron unos dispositivos USB mientras aún estudiaban. De ahí pasaron a diseñar un libro electrónico, después una tablet y con su smartphone - el primer Android diseñado en España- dieron el gran salto y BQ pasó a tener 1.200 empleados. Los impulsores de la empresa cogieron la tecnología y la hicieron suya: Circolab quiere que todo el mundo sepa que eso es posible.

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