El hombre y la mujer que denunciaron a un joven por supuesta estafa han explicado hoy en el juicio que él les convenció de que necesitaba aparentar que tenía propiedades para ayudarles a comprar una vivienda y por eso escrituraron fincas a su nombre pero nunca tuvieron intención de donarle nada de verdad.

"Yo nunca he tenido intención de donarle nada", ha explicado la mujer que ha declarado como testigo ante el tribunal y ha dicho que el joven, que era hijo de familia de conocidos, se ofreció a ayudarla a comprar dos viviendas adyacentes a la suya, una por 30.000 euros y la otra negociando con el banco, una entidad con la que él mantenía "muy buena relación" por tener unos bonos depositados allí.

"Luis me dijo que pusiera fincas a su nombre y que él representándome iba a ir al banco, porque estas fincas no iba a costar dárselas ni nada, que lo íbamos a meter en un cajón y que después me lo iba a devolver todo. Todo era para aparentar", ha explicado.

"A mí me decía 'firme' y yo firmaba porque parecía que todo daba igual, que lo iba a meter en un cajón", ha detallado la mujer sobre cómo ella y su esposo llegaron a donarle 15 fincas valoradas en unos 37,7 millones y alrededor de 200.000 euros en efectivo.

Su marido, que también ha declarado como testigo ante el tribunal, ha asegurado que él no considera que aquello fueran donaciones: "Fue un sistema de que pasaran por el notario y poder componerle a él un patrimonio para que la CAM le considerara con un poder suficiente para poder conseguir la finca".

Ha subrayado que "no tenía intención de que se lo quedara" y que lo hizo porque confiaban en él ya que "era el niño bueno de su casa". El hombre ha contado que si las donaciones fueran reales solo le quedaría en propiedad para vivir una casa que utiliza como almacén y que considera inhabitable.

Ante una pregunta de su abogado de por qué donó incluso su domicilio actual sin reservarse el usufructo, el hombre ha respondido: "Porque estaba seguro de que nos lo devolvía".

La mujer no se planteó que le estaban dando propiedades de más valor que la que querían adquirir ni cuestionó la capacidad de un joven que entonces tenía 21 años y ninguna formación para ayudarla ante un banco a comprar una vivienda porque le pilló "en un mal momento", convaleciente de una neumonía y porque confiaba en su familia.

"Nunca pensé que esa familia nos pudiera hacer eso. Era conocida de la familia y que parecía que no nos iban a engañar", ha asegurado la mujer que ha insistido en que firmó las escrituras donándole sus fincas al joven "para que lo metiera en un cajón" y luego se lo devolviera. "Nunca fue mi intención dárselo", ha recalcado.

La mujer no consultó a un abogado ni ningún conocido sobre la operación de comprar la casa porque el joven les convenció de guardar silencio. "Nos dijo que no quería que se supiera nada porque la casa nos la iban a quitar de las manos si se sabía algo de que íbamos a por ella", ha detallado.

El matrimonio se dio cuenta del supuesto engaño cuando hablaron con miembros de una comisión judicial que acudió a cambiar la cerradura de la vivienda cuya compra supuestamente tramitaba para ellos el joven, según ha contado la mujer.

La madre del joven, acusada como beneficiaria a título lucrativo porque varias de las fincas se pusieron a su nombre, ha asegurado ante el tribunal que juzga a su hijo que las operaciones fueron asuntos entre el joven y ellos y que confió en él.

"Me relajé bastante, Luis manejaba un montón de cosas, confié y hasta ahora no ha habido ningún problema de nada", ha asegurado y ha detallado que le dio poderes a su hijo cuando cumplió 18 años para que la ayudara a gestionar su patrimonio y que era su notario de confianza quien la llamaba por teléfono para informarla cuando se iba a realizar alguna operación, como varias permutas.

Sobre cómo se fraguaron las donaciones, la mujer ha dicho: "No tengo ni idea pero sí sé que estaban constantemente llamado a Luis y viendo a Luis y hubo una temporada que Luis solo venía a dormir a casa".

Cuando el joven le informó de que querían hacerle unas donaciones, le aconsejó que llamara a su asesor fiscal y aceptó que en un principio se pusieran las propiedades a su nombre y hacerse cargo de los pagos de impuestos de donaciones, con la idea de que más adelante se pusieran a nombre de su hijo. "Qué iba a hacer, era mi hijo, no era el vecino quien me lo pedía", ha explicado.

La Fiscalía pide 4 años de prisión para el joven y la acusación particular 8. El juicio proseguirá mañana.