El director insular de Medio Ambiente del Consell, destituido el viernes fulminantemente, acusa a la consellera de Podemos Sandra Espeja de haber urdido un montaje en su contra “porque le estorbaba”, y de expulsarle con acusaciones “falsas”, al estilo “estalinista” y con “maneras norcoreanas”. Cristian Ruiz Altaba niega haber sido un mal gestor. También haber protagonizado un incidente de tintes sexistas con una subordinada, el detonante que ha precipitado su salida, aducen fuentes del Consell: “Entiendo que no me quieran, pero no hace falta insinuar mala gestión ni problemas con los trabajadores”, se defiende indignado.

Sobre otro de los motivos esgrimidos por la institución para echarle, la parálisis en la firma de determinados documentos, Ruiz Altaba asegura que se trata de “unas facturas sin contrato ni justificación que yo no pienso firmar alegremente”, recalca. “El dinero público es sagrado, no hay amigos”, enfatiza.

“Me querían fuera, sin ningún motivo, y se han tenido que inventar una historia estrambótica”, afirma el destituido. “Es una movida de la consellera”, que le “quería quitar” de su lado, señala Ruiz Altaba. “He expresado mi desacuerdo en cosas que no me parecían del todo legales, que no eran de mi dirección insular”, especifica como otra de las posibles causas que han provocado su enfrentamiento con Sandra Espeja y su salida. “Pongo la mano por toda la gente” que dependía de él, remacha.

El ex director insular evita entrar en el detalle de lo ocurrido el miércoles con una de las secretarias de la consellera Espeja, según explican desde el Consell. Niega cualquier conflicto con alguna subordinada suya, y recuerda que no se ha presentado ninguna denuncia por escrito. También alega que estuvo toda la mañana en la reunión explicativa de los presupuestos con la oposición, con lo que según él no pudo tener lugar el incidente en cuestión.

Ninguna denuncia

“Querían que me fuera, y como no tienen el coraje de pedírmelo -no tengo apego a la silla-, en el despacho de la consellera se inventan una acusación gravísima para que yo presente mi renuncia. Como me niego a irme por la puerta de atrás, y con determinadas murmuraciones, me cesan sin alegar ningún motivo”.

El escrito de destitución, que firma el presidente del Consell Miquel Ensenyat, “no pone nada” ni sobre su gestión ni sobre el supuesto incidente. “Yo no he hecho nada”, insiste.

“Me parece triste y muy poco democrático que a una persona se le monte una acusación, se le haga un juicio sumarísimo en ausencia, y se le condene ya directamente. Esto pasa en Corea del Norte y no nos extraña, ¡pero aquí! Yo flipo”. Ruiz Altaba censura en su caso el uso “de según qué temas delicadísimos e importantísimos con tanta alegría”, por parte de sus superiores de Podemos en el Consell. “No lo puedo entender, me parece gravísimo y una bajeza ensuciar el nombre de una persona, es todo tan estrambótico y mezquino”, añade. “Me pensaba que ya lo había visto todo en la administración y la política”, se lamenta.

Sobre la demora en firmar unos documentos desde el mes de agosto, que el gobierno insular pone como ejemplo de su mala gestión, el ex alto cargo fichado por Podemos detalla que son “tiques por valor de casi 6.000 euros de transporte en barca privada a sa Dragonera”. Apunta que “se trata de mucho dinero que no se puede pagar alegremente”. Estas facturas pendientes corresponden al servicio de transporte de trabajadores del Consell hasta el islote declarado parque natural, que tuvo que hacerse con una empresa privada “por mala coordinación” y carencia de personal y medios públicos, afirma. Todas las facturas son “de la legislatura pasada”, ordenadas por los entonces responsables del PP en Medio Ambiente. “El dinero público no es para derrochar de esta manera”, reitera. El alto cargo destituido asegura que no se opuso a autorizar el abono, “pero se tiene que motivar y debe haber un informe justificativo”.

Ruiz Altaba aclara que aunque le contrató Podemos como cargo de confianza, él no es del partido ni le votó. “Acepté el cargo para poder hacer un buen trabajo por Mallorca”, explica. De hecho, cree que “todo este proceso” en su contra obedece a que él “trabajaba demasiado” y ha impulsado demasiados proyectos.

“Invito a quien sea a hacer una investigación objetiva del tiempo que he estado en la dirección insular, en todos los aspectos”, emplaza Cristian Ruiz. Insta a hablar con “el centenar de trabajadores” que estaban a su cargo, y que “se pronuncien ellos sobre mi gestión, cualquiera de los que está allí dentro”.

Ruiz Altaba insiste en que “nunca ha habido ninguna insinuación extraña con el personal ni mala gestión” por su parte, por lo que su marcha forzosa le parece “muy mezquina”.