El Govern se reunió con todos para dejar el impuesto de Turismo Sostenible prácticamente igual que estaba. El anteproyecto del tributo, publicado ayer en el Boletín Oficial de la comunidad, es un calco del primer borrador. Aporta detalles técnicos y algún matiz menor que responde a peticiones concretas de la oferta complementaria, como por ejemplo que el impuesto no se aplique a los viajeros del Imserso o que los pagos de los cruceristas se reduzcan para no perjudicar a la hostelería y el comercio de las ciudades portuarias.

Pero en lo esencial todo sigue igual, empezando por uno de los puntos que más escuece a los hoteleros: ellos serán los encargados de recaudar el tributo. Y no solo eso. Como con cualquier otro impuesto ligado a su negocio (como el IVA, sin ir más lejos), los hoteleros deberán exigirlo, cobrarlo, entregar un justificante de pago y entregar lo recaudado trimestralmente a la administración autonómica. Y ellos responderán si el turista no lo paga. Y por si hubiera dudas, si ni el turista, ni el hotelero entregan el impuesto, el responsable solidario será el touroperador, agencia de viaje o intermediario que vendió las vacaciones. Así que esta vez no se escapa nadie.

Tampoco se libran los alquileres turísticos. Ni siquiera los ilegales, aunque aquí la cosa tiene miga: el Govern Armengol recurre a la polémica definición de alquiler ilegal del Govern Bauzá para estipular quien paga y quien no. En Balears, abonarán el tributo los apartamentos comercializados como turísticos, ya sea en internet, en revistas o en agencias, tanto da. La formulación escogida para definirlos como sujetos fiscales es digna del mismísimo Kafka: están sujetas al nuevo tributo "las viviendas objeto de comercialización turística que no cumplan con los requisitos establecidos para ello en la normativa autonómica y que, por lo tanto, no sean susceptibles de inscripción de acuerdo con la legislación turística vigente", dice el apartado j del artículo 4 de la ley. O traducido: el Govern de Armengol vuelve a tener el mismo problema que el de Bauzá, hacer aflorar un mercado negro de alquiler vacacional en pisos que hoy por hoy no se registran en ningún lado. Con un añadido: cuando los encuentre tiene que conseguir que les paguen un euro de impuesto por turista y día alojado.

Cobro a apartamentos en negro

A los apartamentos turísticos que no existen como turísticos les pedirán que cobren un euro por viajero y noche, la mitad en temporada baja. Lo mismo que a los cruceros, que han visto rebajada su tarifa de dos euros a uno. Y la mitad que a los hoteles y apartamentos turísticos oficiales y de cinco estrellas, que siguen pagando dos, como en el borrador previo. Para la gran mayoría el tributo será de 1,5 por noche, que es lo que se aplica a cada hotel de tres estrellas superior y cuatro estrellas, que es como decir el 70% de los hoteles de las islas. El euro se reserva para los apartamentos y hostales de menor categoría. Los agroturismos, casas rurales y alojamientos de turismo interior pagan un euro. Y los campings, albergues y refugios, medio.

En temporada baja, es decir, del 1 de noviembre al 31 de marzo, los precios se reducen a la mitad, algo que el Govern considera en la presentación de la ley una medida que contribuye a desestacionalizar, aunque suponga encarecer el precio del producto también en invierno (contra lo que pidieron casi todas las patronales, desde las de comercio a las de alojamiento).

Además de los cruceros, hay un punto en el que el sector se siente escuchado: finalmente, los viajes subvencionados por instituciones públicas europeas no están sujetos al tributo. Los turistas del Imserso, por tanto, no pagarán el nuevo impuesto turístico. Tampoco los menores de 14 años, aunque eso ya estaba previsto. No lo abonarán quienes se tengan que alojar por causas de fuerza mayor como las catástrofes naturales. Se libran además del tributo los pacientes del IB Salut y sus acompañantes, cuando se desplacen por indicación del citado servicio de salud.

Y por supuesto no hay ninguna exención para los residentes, más allá de las ya citadas: los baleares pagarán el impuesto turístico cuando sean turistas en su tierra, algo que fiscalistas y expertos en derecho comunitario explican como obligado por la normativa europea. Finalmente, el impuesto entrará en vigor en cuanto se apruebe y este su reglamento, previsto para mayo. Con lo que tampoco han escuchado a los hoteleros en eso: el tributo afectará ya a a la próxima temporada.