Las instituciones penitenciarias de Balears cuentan con 46 presos mayores de 60 años, 43 hombres y tres mujeres, que presentan una serie de demandas y necesidades más altas que las de los jóvenes, según recogen Lydia Sánchez y Ladislao Bernaldo de Quirós en un artículo del Anuari de l'envelliment 2015, que fue presentado esta semana por su coordinadora, la catedrática Carmen Orte.

El porcentaje delictivo más elevado entre estos mayores de 60 años en Balears se corresponde con los delitos contra la salud pública, con un 27,5 % del total, seguido por los homicidios (17,34%).

A continuación se sitúan los delitos contra la libertad sexual (14,45%, por encima de la media nacional) y los actos contra el patrimonio (9,76%).

De los 46 presos mayores que hay en Baleares, 32 de ellos son reincidentes (el 69,56%). Además, 18 hombres y dos mujeres están en régimen preventivo, 23 varones y una fémina en penado y dos hombres cumplen otras medidas de seguridad.

La media del número de condenas en hombres es de 1,29 en mujeres y del 1,06 en mujeres, el valor más reducido, según la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.

Ante esta situación y el hecho de que el número de presos mayores sea cada vez más elevado en las cárceles, los autores del artículo advierten que las condiciones penitenciarias favorecen un mayor envejecimiento, tanto físico como cognitivo, que comportará la aparición de más demandas provocadas por las limitaciones físicas y las situaciones de dependencia y/o discapacidad. Por ello, recomiendan centrar la atención en la falta de recursos específicos para cubrir las demandas de estos mayores.