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Boulevard

Isern tiene pánico a verse implicado en la mafia policial

Entrevisto a Mateo Isern el martes durante cuarenta minutos, y solo me nombra por iniciativa propia a uno de los políticos que odia. No es el Sanador...

Torrelló retrató al entonces canciller Helmut Schmidt, fallecido a los 96 años por culpa del tabaco.

Entrevisto a Mateo Isern el martes durante cuarenta minutos, y solo me nombra por iniciativa propia a uno de los políticos que odia. No es el Sanador Bauzá sino su primer teniente de alcalde, Álvaro Aguijón. Al día siguiente, el diputado autonómico y concejal a Cort se queda sin Cortes. Toda la semana me viene persiguiendo una entre el centenar de preguntas que le formulo al exalcalde de Palma, obvia por otra parte:

-Bajo su mandato floreció la mafia de la Policía Local.

Cualquier entrevistado -recuerdo mi conversación con Mariano Rajoy- hubiera empezado por rebajar el término "mafia". A continuación -me baso en mi entrevista a Zapatero- hubiera suavizado el verbo "floreció". Sin embargo, a menos de un metro de distancia de Isern me doy cuenta de que solo ha atendido a la expresión "Policía Local", y reacciona con una respuesta preconcebida como el proverbial alcalde de Pavlov. Reconoce que "es el problema más grave que existe en Cort", una confesión de plano dado que el nuevo consistorio vive todavía la crisis de dentición. En su única y mínima excusa, el saliente resalta que el crimen organizado en el seno de los policías "lleva incrustado diez o quince años". Esta inculpación colectiva le vale una carta al director de mi querido Joan Feliu, quizás algo pretenciosa.

Me reconozco ya boquiabierto, pero quedaba lo mejor. Isern admite que "debía haber hecho más cosas y no fui capaz de hacerlas". Es el mea culpa más rotundo que he escuchado desde que Noam Chomsky me dijo que los artículos le salían tristes contra su voluntad. El exalcalde se implicaba a sí mismo. Pensaba en mi inocencia que su admisión de culpa sosegaría la furia de internet. Al contrario, los comentarios unánimes apuntaban a que poco podía esperarse en nuevas responsabilidades, de quien asegura que falló clamorosamente en un cargo desempeñado con mayoría absoluta durante cuatro años.

Saturada mi capacidad de sorpresa, Isern se embarca sin tomar aliento en un canto innecesario por ditirámbico a jueces y fiscales, citando los nombres de Subirán, Carrau y Penalva. Lo nunca visto. Los elogios que les dedica son tan sonrojantes que huelga repetirlos. Si yo memoricé el discurso como si fuera una letra de Bob Dylan, es porque el candidato del PP al Congreso lo había recitado tras ensayarlo con asesoría legal. ¿Suposiciones? Un tercio de siglo entrevistando a políticos, no todos tan cultos como Farah Diba.

Faltaba la guinda. "Si te enteras, serían meras sospechas. No puedo cambiar a un policía por una mera sospecha". Isern bordea el abismo. No me sentía tan conmovido desde que Alessandro Lecquio me dijo llorando a mares en el Arabella que Ana García Obregón no le permitía ver a su hijo Alex. El exalcalde sabe lo que hizo y dijo en el cargo, pero ignora si alguien lo grabó. Ha de confiar en que ningún subordinado dispare hacia arriba. En el auto judicial se habla rotundamente de una mafia con participación de cargos políticos.

¿Imaginaciones? Vale, pero mi diagnóstico en directo es que Isern tiene pánico a verse implicado en la mafia de la Policía Local, con lo que supondría para el inmaculado currículum que debe catapultarlo a Madrid. Su preocupación supera a la sangre fría que derrocha su odiado Gijón, impasible por mucho que le hablen de vídeos y grabaciones. Hay jueces que han tranquilizado al exalcalde sobre los contenidos del sumario secreto pero, ¿se sentiría usted confortado en su lugar?

Dada la estrecha conexión de Isern con María Dolores de Cospedal, nos tomamos más en serio a los candidatos que patrocinan al alimón. Su apuesta de presente para encabezar el PP balear es Biel Company. La futura, Sebastià Sagreras, alcalde de ses Covetes. Madrid no tiene desperdicio, porque nos lo reenvía. El miércoles por la noche, tras ser expulsado desde el PP central, Gijón cenaba junto a la diputada Sandra Fernández y otra pareja en A casa mia de Santa Catalina. Mi casa, gimotea el nuevo extraterrestre del PP. Número dos en Cort, número tres en el Parlament, número cuatro en el Congreso, ¿los populares son capaces de confeccionar una lista sin el concurso de su candidato único?

Siguiendo con el paseo gastronómico, Malena Costa y su florentino Mario Suárez cenaban el lunes con amigos en Buscando el norte, local de moda. (Amo los infomercials). Lo cual nos lleva a que nunca he tenido suerte con las palabras, pero conquisté a Sybilla llamándola "ángel despeinado". Su premiada estética de mínimos, su aislamiento radical, su amor por la Mallorca a extinguir, sus contradicciones.

España nos roba hasta los titulares, porque recuerde dónde leyó el domingo 27 de septiembre el encabezamiento "Castro rechazó la oferta de Podemos para ser candidato a las generales". Madrid ha despertado esta semana a la desconexión del juez con Pablo Iglesias, con el retraso de rigor. A los atribulados por la pureza del magistrado, se halla inmunizado por los excesos que superó cuando imputó a la exInfanta Cristina. Y una evidencia valleinclanesca, los partidos radicales fichan en España a jueces y generales, los dos emblemas prístinos del Estado que aborrecen. Así de grave es la situación.

Helmut Schmidt ha fallecido a los 96 años por culpa del tabaco. Era canciller alemán cuando Torrelló lo fotografió en enero de 1975. El tutor de Felipe González jugaba una partida de ajedrez en su suite del Formentor, con su esposa Hannelore. No amaban Mallorca, formaban parte de ella. El gobernante socialdemócrata y periodista se alojó en sucesivas ocasiones en el hotel citado, y ya nonagenario en el Mardavall. Debutó en los años sesenta en el Ravenna de Calas de Mallorca. Allí efectuó una confesión a Antonio Pizá que cohesionará al PP balear. "Los alemanes sienten una admiración secreta por Franco".

Reflexión dominical bilingüe: "Patriota descubre que ambos idiomas usan las mismas letras".

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