Caddy Adzuba, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2014 por sus labores de activismo y de lucha por los derechos civiles en el Congo, visitó ayer Palma para hablar de la situación de la mujer en su país.

En el país africano "el cuerpo de la mujer es utilizado como arma de guerra" mediante torturas y violaciones para provocar dolor y presión psicológica en el conjunto de la población. Adzuba explicó ayer que "parte de la culpa de la situación es de Europa y Estados Unidos". Aparte de la propia adquisición de los minerales que se extraen de las minas congoleñas, que explotan grupos armados y que sirve para financiarlos, denunció que ella, como periodista, cree que "los medios de comunicación son el cuarto poder y tienen capacidad para cambiar la política", pero por la falta de denuncia e incluso el apoyo a las multinacionales "no dan soporte a estas necesidades del mundo".

Rosette Maffuta, cofundadora del movimiento de los indignados del Congo, actúa para llevar a cabo una la transformación de su sociedad mediante la movilización crítica y popular. Afirmó que las principales víctimas del conflicto en el Congo son las mujeres y los niños. Ella explicó que "estamos viviendo una situación en la que la violencia sexual es utilizada como un arma más de guerra. Nuestros cuerpos son blanco de la violencia", denunció. Los grupos armados asaltan a menudo las poblaciones congoleñas, matan a los ciudadanos y secuestran a mujeres y niños para destinarlos a la esclavitud sexual.

Mbuyi Kabunda, licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad del Congo, doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Instituto Nacional de Derechos Humanos de Estrasburgo, afirmó que "el país, que debería ser un paraíso terrenal, se ha convertido en un infierno". Denunció que "la mujer está sometida, y la sociedad internacional tiene la culpa de ello, y no solo los propios congoleños". Al fin y al cabo, el coltán, utilizado para la elaboración de ordenadores y teléfonos móviles, es una de las razones por las que en el país se está produciendo un baño de sangre: "Ese mineral, que podría haber sido una bendición, se ha convertido en una desgracia". Afirmó que no pretende responsabilizar a los ciudadanos de Occidente, pero la situación en el Congo "es la que permite que tengáis vuestros móviles y ordenadores, y dicho material, tan codiciado por su resistencia al frío y al calor, está manchado de sangre".

Destacó, además, que los problemas generales de África, y en concreto del Congo, en parte surgen por la acción de las potencias occidentales: "La esclavitud, la colonización y el neocolonialismo son esos grandes dramas", sentenció. En concreto, explicó que este último "es sutil y muy peligroso" porque "la metrópoli sigue manteniendo su control para provocar conflictos armados y acceder a sus recursos, poniendo gobiernos a su servicio, en contra de sus propios pueblos". Ante la pregunta de qué pueden hacer los ciudadanos de Occidente para ayudar, Maffuta destacó la necesidad de "denunciar la situación para provocar la movilización política" y "conocer los propios países africanos". De la misma forma, se destacó el papel que pueden tener para ello los medios de comunicación.

También estuvieron presentes en el acto celebrado en Palma la consellera de Servicios Sociales y Cooperación, Fina Santiago, y el regidor de cultura del Ayuntamiento de Palma, Miquel Perelló.