De Hull (Reino Unido) a Son Gotleu, Palma. Y ahora, de Son Gotleu al resto del archipiélago. Hace unos cinco años, la barriada palmesana empezó a aplicar un modelo de prevención y resolución de conflictos, las prácticas restaurativas, siguiendo el ejemplo de la ciudad británica de Hull.
Allí este modelo comenzó a incorporarse en 2004 y de momento los resultados no han sido más que positivos. ¿En qué consiste este sistema? Dejando lado la sanción y potenciando la reflexión y el diálogo: se busca que los ofensores respondan preguntas como "¿qué pensabas en aquel momento?"; "¿cómo te sientes ahora?" o "¿qué puedes hacer para mejorar la situación?". ¿Qué tipo de problemas se pueden solucionar? El sistema sirve para combatir la exclusión social y solucionar pequeños conflictos antes de que deriven en hechos más violentos y peligrosos: del robo de un teléfono móvil, al acoso escolar, amenazas al profesorado o incluso casos de agresión.
Así lo explicó hace dos años Estelle Mcdonald, directora del Centro Hull de Prácticas Restaurativas, en unas jornadas que tuvieron lugar en Palma en las que la británica expuso cómo el sistema contribuyó a bajar el fracaso escolar y los conflictos sociales en su ciudad. Mcdonald aplaudió cómo Son Gotleu estaba empezando a aplicar este modelo, gracias a la complicidad de Policía Local, servicios sociales y sanitarios, familias, expertos y centros educativos.
Hoy, una vez probada la eficacia del sistema, Marta Escoda, la directora del remozado Institut per a la Convivència i l'Éxit Escolar (Convivèxit), quiere que el ejemplo de Son Gotleu se extienda a otros barrios y municipios.
"Las herramientas de las prácticas restaurativas son muy variadas, como el círculo de diálogo", narró ayer Escoda, que señaló que en Esporles también se ha empezado a trabajar en esta línea y que su intención es que se aplique de forma generalizada. Jaume Ribas, director general de Comunidad Educativa e Innovación, puso el acento en que es necesaria la implicación de los diferentes agentes sociales del barrio (de los centros, pero también de fuera). La comunidad y el trabajo en red es la clave.
Ribas subrayó el importante papel del Policía Tutor -ya presente en 67 municipios- en este modelo: " Sirve para tratar conflictos que se generan dentro del centro y se magnifican fuera; y también para los problemas que llegan de la calle al centro.
De momento, Escoda ya ha planificado hasta 15 cursos de formación para que los profesores aprendan este sistema, que entre otros problemas, puede ayudar a reducir las cifras de acoso escolar.
Protocolo contra el acoso
Respecto al buylling, la directora de Convivèxit adelantó ayer que una de sus primeras tareas es crear un protocolo de actuación, al ser el conflicto más común de los que les transmiten los centros. Indicó que desde que comenzó el curso el Institut han recibido unas 60 solicitudes de asesoría y la mayoría ha sido por temas de acoso: "Los centros quieren saber qué tienen que hacer y cómo hacerlo". Escoda razonó que ante estos casos "no hay que ir en seguida a poner una denuncia" ya que "la mayoría se pueden solucionar rápidamente de forma interna".
¿Cuáles son los últimos datos de acoso escolar de nuestra comunidad? Escoda indicó que aún habrá que esperar un poco para tenerlos ya que su intención es cambiar el sistema para recopilar las cifras respecto a la encuesta utilizada la anterior legislatura para lograr una mayor precisión y fiabilidad usando unos criterios más claros.
El conseller Martí March, indicó ayer que han incorporado más personal al Convivéxit, instituto que llevaba sin director desde octubre de 2014 y funcionó la anterior legislatura con tan solo dos técnicos. Ahora, aseguró, han puesto al frente a una persona con reconocida trayectoria en estos temas, además de sumar un técnico más. El objetivo, señaló, es trabajar la convivencia escolar "en base a la evidencia científica".
